final

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Umbrella

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Alexander estaba sentado en la banca que se encontraba frente un bonito jardín lleno de flores. Beck estaba sentado del otro lado con su mano aferrada a la de su Nona, la omega abuela, sentada entre ambos cuerpos, tenia una sonrisa llena de felicidad mientras acariciaba la mano de su nieto, justo donde un bonito anillo se adornaba ante el compromiso de por vida al que habia aceptado.

"¿Cuando se casan?" pregunto con un tonillo divertido, la otra mano cayó sobre la rodilla de Alexander "quiero bailar y tomar vino" declaro sonriendo

"¡Nona!" Beck soltó una risita "¿quieres el matrimonio por el alcohol?" preguntó.

La anciana soltó una risa más suelta y se encogió de hombros

"Bueno... ¡Amo las bodas! ¡hay ron en todas partes!" dijo más emocionada "yo y tu abuelo hicimos una fiesta que duro días" suspiro "¡y en la luna de miel seguimos!¡ apenas puedo recordar ciertos momentos!"

Alexander vio como su alfa negaba divertido, el gemelo mayor tomo la mano de Nona entre las suyas y le dedico una sonrisa con hoyuelos marcados.

"No hay fechas, no creo que sea pronto. El compromiso fue porque realmente no podía vivir sin estar comprometido con mi alfa pero cuando sea, te prometo un bar de ron y vino solo para ti ¿esta bien?"

La anciana alzo su mano hasta el alfa, ese cachorro que habia visto crecer al lado de su nieto, lleno de felicidad y una luz tan destellante que Beck se enamoro completamente de el, y sabia, aunque siempre lo supo, que su cachorro estaría bien a su lado. Alexander era el alfa perfecto para Beck, siempre lo supo y su esposo también, ambos solían hablar y fantasear en sus reacciones cuando ellos decidieran dar el siguiente paso.

Su alfa no logro verlo en este mundo, sin embargo, en el otro mundo sabia que los estaba observando con el corazón hinchado de felicidad.

"Les tengo algo" anuncio mientras soltaba las manos de cada alfa y rebuscaba entre su falda. La omega tenia sus manos temblorosas cuando saco una pequeña cajita color rojo, un burdeo fuerte y gastado.

Ambos alfas la vieron pacientes, cada uno con sus ojos sobre los movimientos lentos y suaves de la omega. Beck soltó un jadeo cuando la cajita revelo dos argollas que conocía tan bien, creció viéndolas en las manos de sus abuelos, eran aquellas joyas que los unido en sagrado matrimonio hace ya tantos años. Alexander también las reconoció, el abuelo de Beck siempre que le acariciaba las manos, solía mostrarle su argolla, contándole una historia de su juventud de alfa casado, con los ojos llenos de felicidad mientras veía a su esposa de reojo, la cual generalmente estaba pegada a Beck.

"¿Nona?" Beck alzo su mirada llena de lagrimas, la omega también estaba soltando lagrimas de felicidad, una sonrisa floja y sincera.

"Tu abuelo siempre decía que cuando ustedes se casaran, debían tener nuestras argollas" su voz sonó baja y quebradiza "sabia que eran destinados, siempre me lo decía"

Alexander trago saliva con los ojos llorosos, su mirada pegada en las argollas

"son tuyas.." Beck balbuceo "no..yo.."

"bah, tonteras" La omega negó "siempre estuvieron destinadas a llegar a ustedes, cachorro. ¡Yo ya no las necesito!" se rio "estoy vieja y cansada, una argolla de mi alfa no hará una diferencia, no las necesito, se que el esta mirándome de algun lado y el siempre quiso que siguieran siendo un símbolo de amor. Me siento feliz de alcázar a verlos juntos"

Beck negó con las lagrimas cayendo por sus mejillas.

"No digas eso" susurro triste.

Alexander se acerco y beso la cien de la omega.

Eres mío  (Beck & Alexander)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora