La guerra

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Esto es malo, muy malo — Dijo Ángela mordiéndose las uñas y caminando de un lado a otro.

— ¿Porque es malo? — Pregunté frunciendo el ceño

— Aashta, cuando asesinaste a ese tío, ¿que sentiste? — Preguntó Lucas mirándome fijamente, se notaba la preocupación en su mirada.

— Placer..., mucho placer — Dije apartando la mirada — Se sintió tan bien clavarle la pluma, sentí un éxtasis — Dije formando una sonrisa inconscientemente. Al darme cuenta dejé de sonreír — Lo siento — Todos tenían su mirada fija en mí

— No lo sientas, tenía que suceder algún día — Dijo Libardo y soltó un suspiro

— ¿Ahora que hacemos? — Preguntó Luke con los codos encima de los muslos y las manos entrelazadas y su mentón apollado en ellas.

— Ángela, cielo, ¿no puedes hacer ningún hechizo o posión para saciar su necesidad de matar? — Preguntó Adrik mirándola con preocupación

— Sí, pero solo durará unas cinco horas — Dijo nerviosa — Sus ganas de matar son como cuando te da hambre, si no comes, mueres, pero en su caso, puede perder la cordura — Dijo mirándome con lástima

— ¿Perder la cordura? — Pregunté atónita. Todos asintieron — ¿Ahora que hago? — Pregunté colocando mis manos en la cabeza

— Aashta, calma — Dijo Luke colocando su mano en mi hombro, tranquilizándome un poco. Solté un suspiro

— Iré a buscar mi libro de hechizos, ahora vuelvo — Chasqueó los dedos y desapareció

— ¿A dónde fue? — Fruncí el ceño

— A buscar el libro — Dijo Luke con obviedad

— ¿Si?, no me digas — Dije burlona y todos soltaron una carcajada

— Fue a su casa — Respondió Adrik después de dejar de reírse

— ¿Pero no es peligroso? Los ángeles caídos podrían estar esperando ahí — Dije levantándome del sofá

— Estará bien, Aashta, cálmate — Dijo Libardo esta vez

Pasaron minutos y Ángela no había regresado.

— Esto me está preocupando — Dije empezando a caminar de un lado a otro de la habitación

— Volví — Dijo Ángela apareciendo delante de mí

— ¿Estás bien? — Pregunté cogiéndola por los antebrazos y revisándola

— Joder, estoy bien — Dijo safándose de mí — Que intensa

— Disculpa, me tenías preocupada — La miré y suspiré

— Aish, no te pongas así, estoy bien, de verdad. Soy una bruja, no tienes porque preocuparte — Dijo sonriente revolviéndome el cabello. Solté una risita y ella también — Ahora volvamos al hechizo — Dijo sentándose en el suelo — Adrik, cariño, busca varias velas y necesito un encendedor

— Yo las busco — Dijo Lucas, se levantó de la cama y salió de la habitación.

Minutos después volvió con varias velas en las manos y con un encendedor en la boca

— Uy que asco — Dijo Ángela al verlo con el encendedor en la boca — ¿Porqué no te lo metiste mejor en el bóxer? — Preguntó entrecerrando los ojos

— Toma el maldito encendedor de una buena vez — Dijo agachándose y depositando las velas en el suelo. Ángela tomó el encendedor

— Aashta, ven aquí — Dijo dando palmaditas en el suelo de madera, delante de ella. Me senté en frente de ella y la mire con el ceño fruncido — Coloquen las velas alrededor de nosotras y enciendanlas

Libardo y Luke empezaron a hacer lo que pidió Ángela, cuando encendieron las velas ella abrió el gran libro viejo que tenía encima de las piernas y buscó el hechizo. Cuando lo encontró empezó a decir una palabras en un idioma que no entendí y las velas empezaron a alumbrar con más fuerza, la intensidad de las llamas había subido. Cuando terminó el hechizo las llamas volvieron a la normalidad. Respiré profundamente, cerré los ojos y cuando los abrí solté un suspiro. Me sentía diferente..

Ya no tenía ganas de.. Matar

— ¿Y bien? — Preguntó Ángela mirándome curiosa

— Ya no siento esa necesidad de.. Matar — Dije con el ceño fruncido

— ¡Genial! — Exclamó Ángela emocionada. Los chicos soltaron un suspiro de alivio.

— Gracias, Ángela — Le dije muy agradecida

— Es un.. — Fue interrumpida por un ruido proveniente de algún lugar de la casa

¿Que fue eso? — Preguntó Luke

— Provino de la sala — Dijo Lucas. Todos salimos corriendo de la habitación y cuando llegamos a la sala pudimos ver a un chico herido.

— Ezequiel — Dijo Libardo acercándose a él

— Escuché rumores — Dijo haciendo una mueca de dolor

— ¿Que rumores? — Preguntó Luke con preocupación

— Muy graves — Dijo callendo de rodillas al suelo, al parecer, iba a morir

— ¿Que pasa? — Pregunté preocupándome

— Planean.. una guerra.. Dentro de dos meses, van a atacar con todo... Van a.. Asesinar a la elegida.. — Y con esto se desplomó en el suelo y murió. Todos quedamos atónitos.

— Nuestro único infiltrado murió, joder. Y para colmo planean una guerra, maldita sea — Dijo Libardo con fastidio

— ¿Una guerra? — Pregunté mirando al chico tendido en el suelo, muerto

— Los ángeles caídos están cometiendo un grave error, van a morir en la batalla. Tenemos que reunir y preparar a todos los demonios — Dijo Lucas serio

— Sólo sé algo.. — Dijo Libardo

— Muchos morirán.. — Terminó Adrik la frase

— Tenemos que prepararnos, tenemos poco tiempo.. — Dijo Ángela seria.

— O moriremos.. — Dije mirándola aterrada.

Te enceñaremos a defenderte, Aashta — Dijo Lucas, serio.

El Chico De Sus SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora