𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Con una sombrilla en la mano, Kokonoi, de aproximadamente 11 años de edad, caminó por las calles poco iluminadas por la gran cantidad de nubes en el cielo; todo lo que podía escuchar eran gotas de lluvia

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Con una sombrilla en la mano, Kokonoi, de aproximadamente 11 años de edad, caminó por las calles poco iluminadas por la gran cantidad de nubes en el cielo; todo lo que podía escuchar eran gotas de lluvia.

En los techos de los establecimientos, en el suelo y en su propia sombrilla; el choque de las gotas era todo lo que se podía oír en ese instante.

Revisó el papel que tenía en su bolsillo en el cual estaba escrita una dirección, y miró a su alrededor al percatarse de que estaba cerca. En ese momento se encontraba en crisis; Akane estaba muriendo lentamente y él seguía sin tener dinero suficiente para pagar sus tratamientos médicos. Para conseguirlo hizo de todo, así que a comparación de lo que ya había pasado lo que tenía que hacer no era nada; encontraría a una persona que lo podría ayudar.

Hija de una artista que vino del extranjero, Ame Kimura, bastante conocida por tener millones de yenes a su disposición, y él necesitaba ese dinero.

No estaba seguro de estar en el lugar correcto, pero la casa que tenía enfrente era enorme; no sabía ni siquiera si se le podría llamar una casa y no más bien una mansión, pero no estaba ahí para pensar en eso. Primero que nada, necesitaba saber si había alguien en casa.

Fue entonces cuando la vio, apenas a unos metros de distancia, una chica con una impermeable amarillo y unas botas rojas para la lluvia, y probablemente tenía su edad; le pareció ver que tenía algo en sus manos. No sabía quién era, pero ella quizás podría saber algo, así que se acercó a preguntarle.

— Um... ¿disculpa? — ella lo miró; fue ahí cuando pudo contemplar sus ojos color ámbar y las múltiples pecas que adornaban su rostro además de su cabello rojo. — ¿Sabes si están las personas que viven ahí? — señaló con su dedo la casa detrás de él.

— Yo vivo ahí.

— ¡¿Tú?! Espera, ¿eres Ame Kimura?

— Sip, soy yo.

— ¿Qué tienes en las manos?

— Es una rana, la encontré por aquí; ¿quieres ver? — la acercó a él, quien se alejó inmediatamente. — Pues que grosero. ¿Me buscabas?

— Eh... sí, había escuchado mucho sobre ti y... pareces una persona agradable, ¿podemos ser amigos? — sí, su plan básicamente era ganar su confianza para que le dieran el dinero que necesitaba. Ella entrecerró los ojos, dudando de lo que escuchó.

— Quieres dinero. — afirmó luego de unos segundos.

— ¿Qué? No, no es cierto.

— Se te nota mucho; lo que quieres de mí es el dinero.

— Que no es verdad, sí quiero que seamos amigos.

— Sabes, tengo como un millón de yenes en mi bolso justo ahora. — él abrió los ojos como platos al escuchar eso. — Lo sabía, así reacciona la gente que quiere dinero. Adiós. — se dio media vuelta para caminar hacia su casa. Él tardó unos segundos en reaccionar y luego corrió para ponerse enfrente de ella.

Raindrops - Hajime Kokonoi X OC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora