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— Estás mojando mi piso

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— Estás mojando mi piso. — Ame le habló a Koko mientras él entraba.

— Vine mientras estaba lloviendo; no recordaba que fueras tan mala.

— Soy mala con la gente que es mala conmigo.

Estaba llena de rencor, pero él entendía eso; probablemente se sentiría igual si estuviera en su lugar, así que se limitó a seguirla.

— ¿Cómo se llama ella? — le preguntó.

— Mi hija se llama Suki.

— ¿Y cómo... cómo luce?

— Diría que tiene tu color de cabello, pero parece que te lo teñiste. Una lástima, lo único que cambiaste era lo único que tenías en común con ella.

Él ya no dijo nada más; sólo caminó detrás de ella mientras se aproximaban lentamente a la habitación donde estaba la niña. Se preguntaba cuál sería su reacción al verlo, y de pronto tuvo miedo de que ella lo odie por haberlas dejado a su suerte.

Ame también estaba demasiado enojada y temperamental, pero no podía culparla por eso.

Se detuvieron después de haber caminado un poco más.

— ¿Es aquí?

— Sí, sólo... te dejo que la veas porque también es tu hija, pero no quiero que te quedes más tiempo del necesario. — sus palabras fueron bastante claras. — Voy a entrar yo primero a hablar con ella y luego te diré cuando puedas entrar.

Entró a la habitación sin decir más, probablemente le estaba diciendo a la niña lo que estaba pasando. Se sintió mal porque la pequeña pasó su vida pensando que él había muerto; en su pequeña cabecita no cabía la idea de que su papá quisiera alejarse de ellas ni de que estuviera metido en algo tan peligroso que lo obligó a hacer. Debió ser difícil para las dos, en especial para Ame; ahora también debía estarla pasando difícil mientras le decía a su hija que su padre no había fallecido sino que se fue y ahora estaba de vuelta porque la quería conocer.

Una vez escuchó la voz indicándole que podía pasar, entro con lentitud y vio a la niña con su mirada expectante, con ligera confusión y algo de curiosidad.

No sabía muy bien qué decirle a la niña, pero necesitaba algo que cause una buena primera impresión. Además tenía miedo de la reacción que Ame pudiera tener con lo que diga porque luego seguramente lo echa de la casa a escobazos.

“Hola, soy tu papá que te abandonó antes de que nacieras; perdón por eso, pero gusto en conocerte.” Era demasiado directo.

“Soy yo, tu papá. Sé que me fui y las dejé solas, pero ahora estoy aquí otra vez y no tengo pensado volver a irme.” Mejor, pero no estaba seguro de si debería decirle eso a una niña.

“Hola, gusto en conocerte.” ¿Eso era todo lo que tenía que decir después de nueve años?

— ¿Eres mi papá? — la niña se acercó a preguntarle.

Raindrops - Hajime Kokonoi X OC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora