-¡Gerard Arthur Way!El profesor sacó al joven de sus pensamientos con ese grito.
-S-si... ¡PRESENTE!.-Respondió instintivamente.
Toda la clase estalló en carcajadas y Gerard se dió cuenta entonces de que el profesor no estaba pasando lista.
Se lamentó una vez más de no estar prestando atención en la materia.El ruido en el aula cada vez era mayor, y el hombre tuvo que intervenir para pedir silencio entre sus alumnos. Cuando todos callaron, continuó hablando.
-Ya es la tercera vez que le ocurre esto, señor Way. Y me parece una falta de respeto, tanto para mi, como para sus compañeros. Y mucho más para usted mismo, ¿Cómo pretende pasar las materias si nunca presta atención en clase?-Se quedó en silencio esperando una respuesta del joven, quien simplemente agachó la cabeza avergonzado.-No quiero que se vuelva a repetir, ¿si?-Dijo finalmente, con su clásico tono de superioridad.
-De acuerdo, l-lo siento mucho...-Contestó el chico con un hilo de voz.
El profesor negó con la cabeza, y tras dar un largo suspiro, demostrando su agotamiento, siguió con la explicación.
-Seguro que está enamorado.-Susurró un muchacho con el cabello corto y oscuro a otro, con intención de que el pelinegro lo escuchara.
El nombre de aquel chico era Brendon Urie. Llevaba molestando a Gerard desde la primaria, haciendo bromas que, en la opinión del moreno, no tenían nada de gracia. Y no lo pensaba solo porque estuviera burlándose de él, en absoluto. Por ejemplo, Bert McCracken hacía humillaciones mucho más originales y ocurrentes.
Urie era bastante simple en eso.-¿Crees que el friki se puede enamorar?-Preguntó el chico al que se había dirigido Brendon antes. Ambos rieron silenciosamente para no llamar la atención del profesor.
-¡Way! ¡Tsss! .-Lo llamó Urie en susurros.-¿Quién es el afortunado que se robó tu corazón?
Rieron durante varios minutos, y el pelinegro rodó los ojos y trató de ignorarlos, como solía hacer. Era su día a día, estaba acostumbrado.
Nuevamente volvió a su posición actual en la clase; apoyó su cabeza en sus manos con el cuerpo inclinado en la mesa, y miró por la ventana, esperando que pasara algo interesante en aquel parque que se podía ver desde su asiento. Pero no, un día más solo había algún que otro anciano haciendo su rutina de ejercicios matutinos.
Sus días en la escuela se basaban en eso. Estar callado sin molestar al profesor, ya fuera mirando por la ventana o dibujando, y esperar a que sonase el timbre que indicaba que ya era la hora de marcharse, para llegar a su habitación y por fin poder llorar en paz.
Por suerte para él, la clase terminó rápido.
Esperó a que todos sus compañeros salieran del aula para no encontrarse a ninguno por el camino, y cuando creyó que ya no había peligro, salió.«¡ESPERA!»-Paró en seco su trayecto, quedando en la puerta de la entrada del instituto y sacó su celular. Miro la fecha.
-¡YA ES VIERNES!-Dijo en alto por la emoción.
Tampoco es que tuviera un plan para el fin de semana, pero el hecho de que iba a estar 2 días sin ver a los insoportables de su clase lo hacían estar entusiasmado.
-¡DEJA DE GRITAR WAY!-Contestó el conserje desde la distancia, limpiando la basura que "aquellos adolescentes insoportables" (dicho por él mismo en varias ocasiones) habían tirado por los suelos sin miramiento alguno.-Estoy harto de este trabajo...¡HARTO!-Se iba quejando con cada envoltorio de papas que encontraba.-Siempre igual, no hay ni un solo día tranquilo...
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We were all teenagers once. (Frerard)
FanfictionSolo eran adolescentes y tenían una vida como la de cualquier otro adolescente de su edad (más o menos).