Parte I

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Atrás en la oscuridad

Donde los cerezos crecen con velocidad

Hallarás el refugio, pero calma, no mucho

Que al alba no podrás ni si quiera caminar

Del poco espíritu que has de conservar

Si miras hacia atrás ahí lo verás

Pero no demasiado, no hay por qué apresurar

La duda está disipada

La verdad se te clava como espada

Justo en donde palpita la vida

Del que observa atrás en la oscuridad

Fue el poema que presenté aquella vez en el concurso literario que organizó la señora Potter en el tercer grado. Para mí tenía todo el sentido. Ahí estaba, en él había plasmado todo mi talento, sin embargo el premio se lo dieron a una niña rubia con coletas, siempre las llevaba, parecía una muñeca de porcelana. Sólo recuerdo que su poema hablaba de la luz del sol y de flores, cualquiera puede hacer eso, por el contrario no cualquiera puede transmitir lo que hay en las profundidades de su corazón.

Hacía muchos años ya que no veía este poema, que ya estaba bastante arrugado y trozado, desde aquel día mi yo de ocho años lo había escondido y casi encriptado en una caja oculta debajo del suelo de caoba de mi habitación. Estaba tan enojada que decidí esconderlo en lo más profundo para que no me recordara mi fracaso. Porque aunque eso sonara dramático y exagerado para mi era eso, uno de los tantos fracasos que colmaban mi vida.

Por ello no entendí como es que había llegado hasta aquí. Lo encontré en uno de los bolsillos de la cazadora que siempre usaba para salir, tenía varios días sin sacarla del clóset porque últimamente el clima en el pueblo estaba de lo más cambiante, después de semanas de frío incesante nos había azotado una racha de calor, pero hoy de nuevo nos saludaba el común pero distante frío de aquí.

En cuanto al poema, descarté por completo la posibilidad de haberlo sacado yo misma, porque de ser así estoy segura que lo recordaría, esas cosas no se le escapan a uno así como así, ¿no?

Me resulta inquietante pero no demasiado, cosas como este pasan todo el tiempo, hacemos o decimos algo y después no recordamos con certeza haberlo hecho.

Convencida de que yo lo saqué por alguna razón, lo doblé y lo puse en medio del libro que había estado leyendo: Sinfín de posibilidades de Charles Capala. Por ahora lo importante era preparar mis cosas y esperar a que no hubiera moros en la cosa.

Y con eso me refería a mi tía Greta, que aunque era buena persona siempre había sido demasiado estricta cuando de cuidarme se trataba. Después de la muerte de mis padres en un accidente en avión, quedé huérfana con solo trece años de edad, mi tía Greta tuvo que venir desde Irlanda para hacerse cargo de mi. Si, soy de familia irlandesa, mis padres lo eran y a ellos les debo estas peculiares características físicas tan comunes de los irlandeses: el bendito cabello color fuego y las pecas esparcidas por casi toda la cara.

Mi tía quería llevarme con ella a Irlanda pero yo me negué, me extrañó que no insistiera tanto en el tema como yo habría esperado, cosa que le agradezco. De alguna manera quedarme me hacía sentir cerca de mis padres.

Esta noche no podía permitir que los cuidados y las reglas de la tía Greta se interpusieran en mis planes. Porque hoy era la noche. Hoy me escaparía con Jackson. No para siempre. Si no solo toda la noche.

Jackson era mi amor platónico desde que tengo uso de razón. Él fue el único que no me veía como bicho raro cuando presentaba mis trabajos y proyectos poco ortodoxos en clase. Fue el primero que se acercó a mi la primera vez que fui rechazada por unos estúpidos niños que solo se burlaban de mi. Simplemente fue él. Con el tiempo se fue convirtiendo en mi mejor amigo, y yo, con el tiempo me fui volviendo más "normal" lo que me consiguió más amigos además de Jackson pero ninguno tan cercano y verdadero. Claro que toda posibilidad de llegar más allá estaba casi muerta y enterrada, porque más de una vez él se había encargado de dejar claro que era su amiga, no necesitaba rechazarme directamente, para mi eso estaba más que claro, pero yo lo aceptaba.

El canto del reidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora