SOBRE LAS FLORES || KEISUKE BAJI

4.

Siendo fin de semana (___) y Masaru habían acordado salir con Mikey y Draken pues ya se habían hecho buenos amigos después de comenzar a pasar tiempo juntos durante los días de escuela.

También habían conocido a Emma, los dos se sorprendieron al saber que era la hermana de Mikey y la misma chica con la que habían visto a Draken días atrás.

Se habían reunido en un templo el cual era un lugar secreto o más bien del que se habían apropiado los chicos. Conocieron a más chicos los cuales eran muy amables, (___) había decidido acercarse a Ken debido a que se encontraba mirando fijamente en una dirección específica.

—  ¿Te gusta? — No pudo evitar reír al ver la cara de Draken, quien se había sorprendido por la pregunta. — ¿No vas a decirle? El idiota de Saru podría invitarla a salir.

Estaba tratando de darle valor mediante un poco de celos, pero no parecía ser de ese tipo de novio. Ya que solo los miraba tranquilamente.

—  Piensas que estaría mejor con alguien más que contigo. ¿Cierto?

—  ¿Acaso les la mente?

—  No, sólo creo que eres muy obvio. Aunque creo que ella no se da cuenta. — Draken frunció el ceño mirándola atentamente.

—   Eh notado que la miras muy disimuladamente. Además siempre estás atento a ella pero eres muy discreto.

—  Deberías ser detective.

—  Sólo dile: "Me gustas, cásate conmigo". — Esas palabras tomaron por sorpresa al chico quien se avergonzó ligeramente dándole la espalda a los demás. Esa había sido una reacción muy tierna de su parte.

—  Oww~ ¿Te pusiste tímido? — Se burló. — Sólo dile lo que sientes y si te rechaza tienes mi número. — Finalizó guiñándole un ojo haciendo que ambos rieran.

—  Creí que te gustaba Baji.

—  Me gusta. — Draken no supo que decir, le parecía admirable como podía decir tan abiertamente sus sentimientos. — Pero, si me rechaza no voy a esperarlo toda una vida, por muy guapo que sea no es el único chico en el mundo.

—  Anímate. Te ayudaré. — Palmeo su hombro. — Tienes todo mi apoyo moral. Además, era broma eso de Saru a él ya le gusta alguien.

Finalmente el día de la presentación había llegado Masaru y (___) vestían de forma elegante para su presentación, sus madres prepararon todo incluso los vistieron a juego después de todo son hermanos.

Se sorprendieron al ver entre la multitud a ciertas personas, las cuales conocían bastante bien.

—  Solo ignorarlos, mira a otra persona que no sean ellos. — (___) asintió pues ella se sentía molesta de tan solo recordar los sucesos en el pasado de ambos.

—  ¡Masaru! ¡Masaru! — El chico siguió caminando sin mirarle. — ¡Espera por favor!

—  ¿Quieres hablar con ella? — Ante las palabras de su amiga el peliazul suspiro y negó con la cabeza.

—  Saru, por favor... — Suplicó sosteniéndolo de su brazo, pero instintivamente se alejo bruscamente.

—  No me llames así no somos cercanos, soy Matsuoka para ti. — Su tono de voz era seco y distante.

—  Saru, deberías calmarte. — Su amiga no quería que se vieran envueltos de nuevo en un escándalo.

—  ¡¿Entonces porque ella sí puede llamarte Saru?! — La voz chillona de aquella chica llamaba bastante la atención de algunos a su alrededor.

—  Creí que era algo importante si sólo vas a preguntarme tonterías entonces aléjate de mi.

—  Es por ella, ¿cierto? — Miró molesta a (___), parecía que en cualquier momento se lanzaría hacia ella intentando arrancarle el cabello. — ¡Es por ella que me dejaste!

—  No es así, a ella no la metas en esto.

—  ¡Dime entonces, ¿por qué?!

—  ¡Te dejé porque estabas con otro! — Gritó furioso asustando a todos a su alrededor. — Así que hazme el favor de no molestarme, ni tampoco pienses en acercarte a (___), el que termináramos fue tú culpa.

Las personas a su alrededor comenzaron a insultar a la chica llamándola por apodos despectivos denigrando su integridad como persona. Obviamente se había equivocado pero los demás no tenían por qué meterse. Aún así lo hicieron, sólo por quedar bien con los Matsuoka, cosa que a ellos no les importaba. Les daba igual.

Había traicionado la confianza de Masaru de la peor forma y (___) cómo buena amiga no se acercaría de nuevo a la chica que lastimó a su amigo. Siendo la última clase, todos los alumnos querían salir de la escuela, irse a divertir con sus amigos o simplemente llegar a descansar en la comodidad de su hogar.

También era cierto que aquel escándalo había sido el chisme del día, de la semana o del mes quizás. Todos estaban interesados en la vida de los Matsuoka más que en la propia. Sin embargo, ellos decidieron ignorarlo, los murmullos se hacían presentes cada vez que ellos estaban en algún lugar.

Muchos creían que de verdad eran hermanos porque siempre llegaban juntos, almorzaban juntos y se iban juntos. Por desgracia no estaban en el mismo salón, pero casi siempre Masaru era quien buscaba a su amiga esperándola en la puerta del aula.

Algunos otros aseguraban que no eran hermanos y tenían una relación amorosa en secreto. Pero nunca se animaban a preguntar, sólo se dedicaban a crear chismes y conclusiones por cuenta propia.

Al terminar el evento ellos se esfumaron del lugar, pues no querían seguir en aquel lugar tan sofocante. Sin embargo, fueron llamados de nuevo para guiar a un grupo de estudiantes por los alrededores de la escuela. En el camino se encontraron a Mikey y a Draken, algunas chicas comenzaron a murmurar sobre lo lindos que eran aquellos chicos.

—  Lo siento chicas, pero mi amigo ya tiene novia. — Aseguró (___) palmeando el hombro de Draken.

—  Y el rubio de aquí es mío. — Masaru sonrío abrazando a Manjiro por los hombros. El  rubio no dijo nada sólo se dedicaba a comer sus dulces.

—  Vaya, parece que realmente te afectó que termináramos. — Una voz femenina llamo la atención de todos. Manjiro y Draken sintieron como sus amigos se tensaban inmediatamente, ambos reconocían esa voz a la perfección.

—  Oye (___), ¿Estamos en un zoológico?

—  No, pero, yo también escuché un mono.

Algunos de los estudiantes rieron y otros solamente hicieron ruidos de sorpresa. La reacción de la chica fue sonrojarse debido a la vergüenza de haber sido llamada mono frente a tantas personas.

—  Lo que sea. — Se cruzó de brazos. — Me uniré a su grupo, ya que perdí al mío.

—  Pobre bebé, ¿Deberíamos llevarla al área de niños perdidos?. — Comentó (___) con burla.