Durante la siguiente semana, Lily había estado muy tensa, esperando que en cualquier momento le llegase una carta de McGonagall, diciendole el castigo que se le daría por faltar a las reglas del mundo mágico, pero afortunadamente en toda la semana la profesora parecía haberlo olvidado.
- Es McGonagall, Lily -le dijo Dianne una tarde en la que pasaban el rato sentadas fuera del castillo-. Nunca olvida nada. ¿Gecuerdas cuando en navidad sin querer le lancé una bola de nieve? -Lily asintió-. En pascuas alguien me tiró una bola de nieve ¡No había nieve! Solo estaba ella en el pasillo.
Lily se rió, era imposible que McGonagall haya hecho algo así, no se la imaginaba.
Por otro lado su padre sí que había recordado su castigo, fue por eso que después de su primera clase con él, le pidió que se quedara.
- Como se te hizo muy fácil volar un auto hasta acá, creo que también se te hará muy fácil ayudar a la profesora Sprout en el invernadero después de clases...
- Ron voló el auto -interrumpió Lily.
- ¿Disculpa?
- Fue Ron el que volaba el auto, yo iba en la parte de atrás...
Su padre la miró seriamente y Lily sonrió de forma inocente.
- Solo decía...
Fue así como Lily se convirtió en la asistente de la profesora Sprout por dos semanas enteras. Siempre, después de clases, caminaba hacia el invernadero, donde la maestra la esperaba con su habitual sonrisa amable. Pero los trabajos que preparaba para Lily eran de todo menos agradables, tenía que cambiar de maceta las plantas menos peligrosas que habían crecido mucho, cargar sacos de estiércol y para el final de la noche terminaba sucia y cansada.
- Eres de gran ayuda, Lily -dijo Sprout en la primera noche, mientras acompañaba hacia el castillo a Lily-. Tu padre fue muy amable al pedirte ayudarme, a veces es muy trabajoso para mí.
Lily no tuvo el corazón para decirle que se trataba de un castigo.
Durante las clases todo iba normal, bueno tan normal como se podía pedir, la varita de Ron seguía muy rota y los hechizos no le salían nada bien. Pero se superó a sí mismo cuando, durante la clase de encantamientos, su varita salió disparado hacia el ojo del profesor Flitchwick, causándole un hematoma del tamaño de una naranja. Lily contuvo la risa por respeto pero luego se burló de Ron diciendole mata profesores. Harry por su lado siempre tenía que estar huyendo, ya sea de Lockhart o del pequeño Collin, que lo seguía como un cachorro a su mamá por todo el castillo. A Lily le parecía hasta tierno pero Harry no podía estar más irritado.
También durante esa primera semana, el rumor de que Lilianne Snape era novia de un niño muggle corrió por los pasillos como si de algún fantasma se tratase. No lo supo hasta 2 días después de que la carta llegó y Draco se sentó frente a ella, con cara seria, sin importarle estar sentado en la mesa de Gryffindor.
- ¿Y a ti qué te pasa? -le preguntó Lily, levantando una ceja.
- ¿Cómo es eso de que ahora eres novia de un muggle? -preguntó casi con asco.
- Que yo qué... aghh Lavender -gruñó, mirando a la niña que comía al otro extremo de la mesa.
- No puedes tener novio, te lo prohíbo y mucho menos un muggle.
Lily era el tipo de persona que si le decías que no hiciera algo iba a hacerlo con más ganas. Así se ganó 3 galeones de un niño de Hufflepuff que le dijo que no se atrevía a meter la cabeza en la Venus come gnomos. Lily (que sabía que la planta estaba invernando en esa época, gracias a Sprout) no dudó en hacerlo. Dinero fácil.
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Los Mellizos Potter y la cámara de los secretos
FanfictionDespués de un agitado y sorprendente primer año en Hogwarts, Lily Snape y Harry Potter se sienten listos para lo que sea, después de todo ya derrotaron a Voldemort dos veces ¿Qué es lo peor que podría pasar? Segundo libro de la saga. Los personajes...