Observé el austero hotel con desagrado, incluso para mí era difícil creer lo bajo que había caído. Envolví mi cabeza entre la capa tratando de disimular un poco la vergüenza de encontrarme en un lugar así. Caminé directo hacia el recepcionista susurrando el nombre falso de siempre y sin mucho interés me extendió una llave indicándome el número de habitación. Le agradecí, y prácticamente corrí a través de los pasillos y escaleras rogando no ser reconocida.
Giré el picaporte entrando a aquel diminuto cuarto, encendí la luz para encontrarme con la suerte de ser la primera en llegar. El lugar consistía únicamente de una cama matrimonial y el baño con una tina tan angosta que ni yo podía entrar. Suspiré tratando de recapacitar sobre mis acciones de los últimos meses. Si alguien de la aldea supiera lo que he estado haciendo sería desterrada, o peor aún, una traidora. Incluso yo desconocía el motivo por el cual continuaba poniendo en riesgo todo lo que amo. No obstante, antes de poder arrepentirme dicho motivo atravesó la puerta.
Giré la cabeza para que nuestras miradas se encontraran. Su expresión fría no había cambiado en nada. Avanzó hacia mí deshaciéndose de la katana y el cinturón, provocando la caída de su camisa al mismo tiempo. Me quedé inmóvil esperando que dijera algo, pero lo único que conseguí a cambio fue su agarre en mi cintura. Y a punto de perder la cordura decidí retroceder con el fin de buscar algo más que contacto físico.
-Apareciera que al menos preguntarás cómo estoy-.
-No seas ridícula- para mi desgracia su voz grave era suficiente para erizarme la piel.
-Hablo enserio, Sasuke, no podemos seguir así - Suspiró sin darme respuesta recostándose en la cama. -Te estoy hablando-.
-No viaje por tanto tiempo para recibir quejas, Sakura-.
-Y yo no me escapé de la aldea para ser tratada como prostituta-.
-Deja de exagerar las cosas, este es un acuerdo que ambos hicimos, desde el primer momento fui claro en que únicamente cogeríamos-.
-No necesito esto- agarré mi mochila dispuesta a irme, él por su parte, ni siquiera se molestó en moverse.
-¿Por qué cambias de opinión? ¿será que alguien más te está cogiendo?-.
Me detuve en seco, y es que era cierto, yo acepté estos términos con la ilusión de poder acercarme un poco más a él. Pero jamás contemple el ser tratada como basura por el mismo hombre que antes había jurado protegerme. Volteé mi cuerpo con un yacente coraje propiciado por el gran amor que le tengo. Su mirada se mantenía fija en mí junto a una sonrisa burlona, esperando alguna reacción que lo entretuviera.
-¿Y qué si es así?-.
La sonrisa en su rostro se desvaneció dando paso a la aparición del sharingan. Mierda, me había metido en problemas. Lentamente abandonó la cama para aproximarse, jamás le he temido, y hoy no sería la excepción, sabía que era incapaz de lastimarme. Sin embargo, la sensación de nerviosismos y adrenalina recorría mi cuerpo con mayor intensidad conforme el espacio entre nosotros se acortaba. Inhale la mayor cantidad de aire posible con el fin de controlar mis emociones. Finalmente, reposó la mano derecha sobre la puerta, imposibilitando mi huida.
-¿De quién se trata?-.
La mejor opción era aclarar el malentendido, pero el egoísmo de por fin tener su atención no permitía que articulara ninguna oración. Sentía curiosidad sobre qué tan lejos podrían llegar los celos de Sasuke. Unos pocos pero largos segundos transcurrieron para que sostuviera mi mandíbula con su otra mano, obligándome a verlo directamente.
-¿Por qué tan nerviosa? ¿acaso tienes miedo?-.
-Nuestro acuerdo no incluía exclusividad-.
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Clones de sombra
FanficSasuke y Sakura descubrirán que su entrenamiento ninja no solo puede ser empleado en batalla. Los personajes no me pertenecen, son del autor Masashi Kishimoto.