▪︎PSYCHOPATH▪︎ [Mason Stevens]

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Me detuve, giré mi cabeza para mirar a la puerta que se encontraba a mi lado.

—No tienes nada que temer, estamos bien encerrados.—musitó.

No debo responderle.

Me importaba una mierda lo que dijera aquella doctora.

—¿Te llamas Némesis, no?

¿Que....?

Fruncí el ceño.

—No tengas miedo, no puedo hacerte daño.—pauso y por último susurró,—Todavía.

Di una paso hacia la puerta e hice puntitas para poder mirar por la pequeña ventana.

Había un chico de cabello negro alborotado, sentado al otro lado del cuarto, tenia puesta una camisa de fuerza, y una venda negra cubría sus ojos. Lucia completamente inmovilizado.

¿Era realmente legal tener a un paciente así?

—Ah,—exclamó— y deja de fruncir el ceño, van a salirte arrugas.

—¿Como...?—intente hablar pero me interrumpió sacudiendo su cabeza alborotando aún más el cabello. Suspire cansada,—¿Cómo sabes mi nombre?

Sus labios formaron una sonrisa.

—Se muchas cosas sobre tí, la chica que sobrevivió al asesino perfecto, es un honor conocerte. Lastima que no pueda verte, apuesto a que debes ser muy hermosa.

—¿Cómo lo sabes?

—¿Que eres muy hermosa? Pues ni idea... intuición creo.

Voltee los ojos guardandome las ganas de insultarlo — No, me refiero a como sabes esas cosas de mi.

—¡Ah! Conmigo vas a tener que ser más especifica, preciosa.—hizo una pausa dramática, resoplando— Como veras,  las enfermeras hablan, los doctores hablan, ellos creen que nunca estoy escuchando lo que dicen, que estoy en mi propio mundo, pero nunca es así. Yo siempre estoy en este mundo, es insultante la forma en que todos me subestiman.

—Aún si lo escuchaste de ellos, es imposible que supieras que era yo con solo escuchar mis pasos.

Una sonrisa torcida apareció en sus labios, mientras ladeaba su cabeza.

—Tus amigos hablaron al pasar por este pasillo, escuché tu nombre de ellos y lo reconocí de las noticias de ese brutal asesinato del que hablaron tanto el personal del lugar. Luego, escuché esos pasos vacilantes, llenos de miedo, y solo adiviné, aunque tu fuiste la que me confirmo que eras tu. Némesis.

—Ah.

Giré mi cabeza hacia la pequeña placa de metal al lado de la puerta que sostenía el papel con el numero de paciente y su nombre: Mason Stevens.