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Hoy fue es un día aburrido, lo único que me intereso fueron las clases de francés

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Hoy fue es un día aburrido, lo único que me intereso fueron las clases de francés.

El resto del día fue la rutina habitual;

Salí de mi última clase y me dirigí al dormitorio. Todos aquí tienen amigos y a mi simplemente no se me acerca nadie, están avisados de que tengo TEI,  mejor dicho; Transtorno Explosivo Intermitente, y nadie quiere salir herido por alguno de mis ataques. Aunque me dan mis medicamentos siempre.

No voy a negar que me siento apartada, como si me trataran de un monstruo.

Pero que ellos no se hagan los tontos, por algo están aquí.

No estuve yendo a los almuerzos, por que no lo tengo permitido. Según el nivel de mis ataques, pueden llegar a ser muy violentos. Además a esa hora siempre estoy con mi psiquiatra. A la hora de comer, simplemente lo hago allí, hablando con él.

En el pasillo de mi dormitorio, choqué con una rubia que se interpuso en mi camino. Estaba sosteniendo sus libros contra el pecho, sumida en sus pensamientos, así que dudo que se haya dado cuenta de que estaba ahí hasta que chocó conmigo.

Nuestros libros cayeron al suelo y me aproxime a disculparme, al igual que ella.

—Lo siento.—lamentó— no te vi en el camino— bajó un poco su cabeza con su mejillas sonrojada de vergüenza.

—Tranquila, no pasa nada.— dije agarrando nuestros libros del suelo.

Ah, era Fleur, la rubia de ayer.

—Fleur, veo que nos volvemos a encontrar—digo dando mi mano a su amiga, para estrecharla.—Némesis.

—Dana— se presenta— ¿se conocen?—pregunta entrecerrando sus ojos.

—Nos vimos ayer, nada importante.

Ella asiente con la cabeza.

Sentí que alguien se acercaba y giré la cabeza hacia el frente.

Me detuve abruptamente: Un chico delgado, pero bien definido venía hacia nosotros; tenía el uniforme del psiquiátrico: una camisa azul y pantalones a juego. Se veía ridículamente en forma, con los músculos de sus brazos definidos, pero nada exagerado. Tenía la mano dentro de los bolsillos de sus pantalones y lo reconocí de inmediato, era él... 


Pierce.

Se dirigió hacia nosotras con
indiferencia, mirándonos con frialdad.

▪︎PSYCHOPATH▪︎ [Mason Stevens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora