Capítulo 22: Distancia

0 0 0
                                    

Aria

Silencio

Los silencios llevan implícitas palabras no dichas, emociones, pensamientos, gestos, intenciones. Una persona en silencio es una persona que piensa, que máquina, que ordena, organiza para luego, dar la orden y atacar, asi son las grandes guerras, donde haces miles de planes con tus soldados y cuando ya todo está listo dar la orden; en el intento morirán miles, los que tienen suerte podrán seguir hasta poder tumbar a la abeja reina.

Mi silencio

En mi caso, significa paz, para mí el silencio es tranquilidad, por eso me gusta la playa, el tocar la arena y el escuchar las olas, hay ruido, pero es un ruido que no te provoca más que sumergirte y ahogarte en él.

Cuando desperté esta mañana eso fue lo que sentí, paz, no quería moverme, no quería que él lo hiciera tampoco, sentí su fragancia, mi cuerpo estaba relajado, había silencio, y luego el empezó a tocarme para tratar de despertarme, y todo comenzó con un cosquilleo en mi cuerpo, sabía lo que me pasaba, luego trato de arreglarme el tiro del pijama y quizá él no lo sintió pero me estremecí, mi cuerpo estaba reaccionando a su cercanía, no me incomodaba tenerlo cerca, sabía que casi estaba arriba de él y no me importaba.

Todas estas cosas eran como mis primeras veces, en el pasado todo era torturas, era una niña, no sabía que era lo que hacía, ni si estaba bien o mal, pero ahora era toda una mujer, sabía lo que significaban ciertas cosas, por lo menos, sé que él estaba excitado, cuando lo roce con mi pierna lo sentí, quise apretar mis piernas pero no quería que supiera que estaba despierta, algo pasaba en mí, sentía mi intimidad húmeda, y solo quería aliviar la presión que sentía, por eso cuando me dijo que tenía miedo a no poder controlarse, me pregunte si era yo la que no podría controlarse luego, conocía mi cuerpo, sabía que estaba excitada, por un momento quise matar a Colton, pero quizá esa fue la manera de decirme que aún no estaba preparada para lo que sucedería luego.

Luego de que Chloe se fuera, me dispuse a arreglar la habitación, Chloe me caía muy bien, y creo que odiaba a Colton, él se le acerco cuando salía y ella simplemente lo ignoro campalmente, fue épico, pero Colton no se quedó con esa y con la misma urgencia salió detrás de ella, esa era una historia que les contaría más tarde, no había rastros de Zach, aunque sabía que estaba en casa porque nunca quedaba sola, sus reglas, no las mías, pensaba que todo estaba al extremo, pero bueno yo no era experta en seguridad, era experta pintando y trazando líneas, construyendo maquetas y demás.

Algo que jamás el monstruo me quito, mi amor por la pintura, amaba lo que hacía, amaba pintar, mezclar colores, hacer maquetas, mamá siempre decía que amaba verme pintar, sonrió, fue la mejor mamá del mundo, la amaba tanto, a veces la visito al cementerio, pero todas esas veces todo vuelve de golpe, el, el juicio, lo que le hizo, como la marco, como presiono hasta quitarle la vida a mi ángel.

Respiro hondo y me concentro en lo que haré.

Me dirijo hacia mi closet, y escucho que entran a la habitación, no me tenso, se quién es, volteo y lo miro, esta tenso, al mirarme a los ojos relaja la postura, asi como el me lee, yo también lo hago, y esta vez sé que algo pasa.

- ¿Pasa algo?- el asiente- ¿que?

- Colton estará unos días fuera, esta averiguando algo sobre ti, en específico, sobre el- me tenso y le frunzo el ceño- si Boris llega a preguntarte, le dirás que nos estamos turnando.

- Sabes que Boris solo me ha llamado para preguntarme si estoy bien o si me falta algo- lo miro y me cruzo de brazos- no creo que me pregunte tal cosa, y, ¿no se supone que él debe de saber eso?

- Mariposa, Boris así como todos, trata de luchar con sus demonios, el solo está un poco molesto con lo que te paso, se le pasara- suspira- fue información que conseguí aparte, Boris no ha querido decirme nada sobre tu caso, tuve que usar el plan B, luego que me diste un nombre, he estado buscándolo hasta debajo de las piedras

- ¿Me cuidabas a ciegas?- el asiente.

- Tu expediente lo mantiene el, por lo tanto si, andaba a ciega contigo, pero ya no, no más- susurra lo último viéndome los labios, quiero descontrolarlo, algo me incita a hacerlo, camino unos pasos hasta el.

- Deja de verme como si quisieras comerme Zach- le susurro, el quita sus ojos de mi boca para mirarme, traga duro.

- ¿Quien dice que no quiero?- susurra de vuelta, y si, el cosquilleo vuelve, no sé en qué momento empecé a coquetearle, solo se, que mi cuerpo se siente cómodo, son pocas las personas con quien me siento así, o en realidad con la parte masculina de la humanidad, la primera vez que Colton me toco fue un roce para entregarme café, no me sentí incomoda y ahí pensé que no son todos los hombres, si no, uno en general, el que odio que me toque, uno que hizo de mi vida un infierno, y ahora que siento todas estas cosas, quiero vivirlas, quiero dejar de luchar contra la marea.

Por eso me acerco aún más a Zach, la distancia que nos separa es diminuta, el vuelve a bajar la vista a mis labios, se relame los de él, si esa no es una afirmación a que quiere besarme, entonces, no sé qué sea.

- ¿Quieres besarme Zach?- le pregunto mirándole los labios, mi vista se dirige a sus ojos, azul tormenta, cuando está tranquilo o relajado son azul cielo, cuando está enojado, estresado, o como está ahorita, deseoso de hacer algo, se encuentran asi, yo también te se leer ojos azules; el asiente.

- Si, quiero, pero sabes que no debo.

- ¿Por qué?

- Boris me mataría- susurra y es el, el que da un paso al frente, nuestros pies se tocan, nuestros brazos y manos se rozan, yo siento el cosquilleo, y se, que debo hacerlo.

- ¿Le tienes miedo a Boris?- el niega- ¿entonces?

- Lo que pasa mariposa- dice con voz ronca- es que cuando toque tus labios, se, que será mi cosa por hacer favorita en el mundo, tú te volverás mi adicción, ¿sabes cuánto dure para llegar a controlar a mis demonios?- yo niego- mucho tiempo, y temo que se revelen por ti, porque luego de que me des una mínima probada, sé que no dudare en jalar el gatillo por ti- termina por susurrar acercando sus labios a mí.

Soy yo la que rompe la distancia entre los dos, soy yo la que roza sus labios con los de él, soy yo la que siente que él se volverá mi adicción, una que no voy a querer dejar, una que me va a hundir, pero al carajo, cuando lo bonito llega tienes miedo a vivirlo, he vivido con miedo por años, he sufrido en silencio, en llorado sola en mi habitación, he soñado miles de veces con él, recordando algo que viví años atrás y que me hizo feliz, no tengo miedo del ahora, el llego a ser una bomba, que cuando explotara me iba a dejar en pedazos, o quizá, iba a buscar cada uno de ellos hasta reconstruirme y liberarme.   

El MONSTRUO DE LA OSCURIDADWhere stories live. Discover now