El MONSTRUO DE LA OSCURIDAD

Capitulo 28: Sensación

Aria

Me despierto sobresaltada en la madrugada, escucho ruido en el pasillo, me levanto y me dispongo a salir de la habitación, encontrándome a Zach en el sofá, el me mira, su cara es de cansancio, sus hombros están tensos, tiene unos documentos dispersos en la mesita donde yo antes tenía mis cosas.

- Lo siento mariposa, no quería despertarte- él me está pidiendo disculpas por algo, pero yo solo pienso en que, quiero seguir lo que comenzamos antes en el sofá.

- ¿Puedo ayudarte a relajarte?- el me mira confuso.

- ¿Me preparas un te?- yo sonrió y niego, el echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos y suspira, miro eso como la oportunidad perfecta.

Llego hasta él y sin más me le siento a ahorcadas, el abre los ojos y me mira, azul cielo convirtiéndose en uno negro al que yo llamo azul tormenta, quizá ese se convierta en mi nuevo azul favorito.

- ¿Mariposa, que haces?- susurra

- Lo que quería hacer justo antes de que Colton llamara.

- No tienes porque hacer- no dejo que termine porque me abalanzo hacia el acallándolo con un beso, le rodeo el cuello con los brazos.

Siento miedo de su rechazo, pero aun asi lo estrecho más contra mí para invadir su boca, en estos momentos no me importa el pasado, solo me importa el, y lo que me hace sentir; toco su lengua, y cuando menos pienso que puede hacer algo que me vuelva loca, siento sus manos en mi culo apretujándome contra el mientras nuestras lenguas se mueven en sincronía, sus labios dejan de besarme para recorrer mi mentón para deslizar su lengua a lo largo de mi garganta, gimo, mierda, eso se siente bien, siento como sus manos se mueven desde mi culo a mis caderas, subiendo lentamente hasta perderse por debajo de mi camisa, estoy sin sostén por lo tanto sé que siente mi pezones erectos, gime sobre mi garganta, y por instinto empiezo a balancear mis caderas, estruja mis pechos y pasa los pulgares por los pezones erectos. Le entierro las uñas en el cuello, me estoy descontrolando y a el parece no importarle, pero por hoy necesito que el sienta lo que quiero hacerle, asi que sin más, lo vuelvo a besar, mordisqueo su labio inferior, antes de repartir besos por su mandíbula, su respiración agitada me demuestra que estoy cumpliendo lo que quiero.

Paso las manos por su torso, y lo miro, pupilas dilatadas y respiración agitada, en estos momentos Zachary es el pecado hecho persona.

Me siento húmeda, y creo que él lo sabe porque trata de bajar sus manos de mi pecho pero yo niego.

- Relájate - le susurro cerca de sus labios.

La ansiedad me está matando asi que desabrocho su pantalón, bajo el cierre, y saco su miembro erecto, mierda, es más grande de lo que pensé, lo acaricio con mi mano, esta dura, paso mi dedo pulgar por el líquido pre- seminal que empieza a salir de su miembro, luego lo agarro y comienzo a mover mi mano arriba y abajo, no respira correctamente, su mirada esta oscura.

- ¡Joder mariposa!- echa la cabeza hacia atrás.

Me levanto y me agacho para quedar frente a su miembro, que no dejo de acariciar, el me mira con los ojos deseoso y la boca entreabierta.

Lo veo pasar saliva cuando paso la lengua por el glande, en el pasado esto lo tenía que hacer todo el tiempo y me parecía la cosa más asquerosa del mundo, pero ahora, con Zach viéndome como lo está haciendo ahora, sin obligarme, simplemente, me siento poderosa; deslizo su miembro al fondo de mi garganta con cuidado de no lastimarlo ni a él ni a mí, lo miro, me niego a perder el contacto visual, entra y sale de mi boca, me aferro a él arremolinando la lengua a su alrededor.

- ¡Maldición!- entreabre la boca y gime, no sabía que eso podía gustarle, puntos para mi.

Sigo chupando, moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo, estoy excitada, estoy soltando jadeos involuntarios, lo miro, no dejare de mirarlo hasta que acabe, asi se ve como un ser indefenso y acorralado con el placer que le brindo, escucho mi nombre infinidades de veces, sus ojos buscan los míos, acelero los movimientos.

- Mierda Aria, ¡para!- jadea apoyando la cabeza en el respaldar del mueble, pero estoy tan concentrada que sigo- Debes....

No termina de decir la frase cuando gime y siento un líquido tibio y salado bajar por mi garganta, lo saco de mi boca y lo sigo acariciando, no sé qué carajos hice, pero lo que si se, es que fue excitante y a el pareció gustarle.

- Mierda mariposa, vas a matarme- suspira y sonríe, me mira y yo le sonrió de vuelta- ven aquí- me hace señas a que suba arriba de él, mientras acomoda su miembro para abrocharse el pantalón, me coloco a ahorcadas y lo miro pasando mis brazos alrededor de su cuello, le doy un beso tierno, y asi, si más, termina mi noche.

No sé en qué momento ni como nos convertimos en esto

No sé cuándo paso, pero es algo a lo cual no le tomo importancia, pero hay algo que si se, y es, que lo quiero para mí.