Buscar.

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A veces, querido anónimo, te buscaba en las cosas más insignificantes con las que me cruzaba. Desde una golosina, hasta un sueño. Realmente no sé qué es lo que busco, lo que puede convertirse en mi algo. Pero... Eso lo hace más interesante, ¿no? El buscar sin saber qué buscas. Y sabes lo que era, hasta que lo tienes delante de ti. Sabes qué es lo que te llena hasta que lo tienes. Sabes lo que es la tristeza, hasta que la tienes impregnada en tu corazón. Anónimo. Mi anónimo. Te seguiré buscando, hasta que dejes de ser anónimo y seas mi algo, así, poder reclamarte como mío.



Querido Anónimo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora