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Un lugar tan estrecho como lo es un armario de abrigos estaba siendo utilizado como calabozo en el hogar de ambos prisioneros

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Un lugar tan estrecho como lo es un armario de abrigos estaba siendo utilizado como calabozo en el hogar de ambos prisioneros. El ritmo cardíaco de ambas partes estaba a rienda suelta, creando el ambiente sorpresivo en el que sus pobres mentes se habían shockeado.

Después de una semana evitándose a toda costa, Doyoung y Jaehyun fueron obligados a estar frente al otro. Sin opción a elegir.

La primera acción realizada por el menor, fue azotar la puerta con patadas y golpes, rogando que le sacasen de allí.

— Doyoung, te puedes hacer daño —Jaehyun por más que intentó permanecer en silencio, no lo logró, soltando la sugerencia con un tono preocupado y dócil.

Para ser correspondido con un— ¿Y qué? No quiero estar aquí contigo.

A dos agitaciones violentas y dolorosas fue sometido el corazón de Jung tras esa contesta.

Aún así se acercó a Doyoung para frenar su arrebato contra la madera, y a pesar de haber recibido algunos golpes, no paró de sostener el cuerpo de Kim hasta que yacía calmado en una esquina del armario.

El ambiente era todo menos ameno, las respiraciones de Doyoung le daban a entender que no estaba feliz con esto. Él tampoco lo estaba, y no era porque estuviese enojado, sino un tanto de inquietud reposaba en su pecho.

Sabía que sería difícil, pero Jaehyun haría funcionar el desquiciado plan -del cual no estaba enterado- de sus amigos.

Tan solo tenía lo que restaba de día y toda una madrugada. Si no se acorbadaba, todo saldría bien.

Si hablamos de Doyoung, sí se hallaba muy enojado. Tanto por engañarlo en la mañana, como por lo de ahora. Y esa molestia puede que la pagué con Jaehyun, pero realmente no desea eso.

Kim repiqueteó sus cortas uñas en la superficie del suelo, haciendo el ruido agudo llenar los alrededores, donde la oscuridad estaba envolviéndoles, sin razón alguna.

— Está... muy oscuro —Doyoung no tardó en levantarse, para luego encender el interruptor situado sobre su cabeza.

Al volver su cabeza a la dirección de Jaehyun, sin siquiera quererlo, terminó observando lo que sería la perdición para su cordura, pero que realmente ustedes no entenderán hasta más adelante.

— ¿Por qué tienes eso puesto? —entre sus cejas se formó un tumulto gracias a que su expresión se endureció, mirándole de pies a cabeza.

Las palabras tropezaron en la lengua de Jaehyun, expresando como pudo— y-yo... era lo único que t-tenía limpio. Lamento mucho si te incomoda.

Incomodar no era la palabra, pero sí le causaba un vuelco molesto en su estómago, el acelero en su palpitar y que su boca se secase al recaer en el mundo de los recuerdos.

Esto será aún más difícil de que imaginó.

Jaehyun habló una vez más— P-Puedo... yo mejor me-... —no puedes irte, está con llave. Su mente razonó, provocando que soltáse un lamento silencioso— Solo no hablaré si te sientes tan incómodo.

Ahegao boy ★ jaedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora