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Una semana

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Una semana. Una semana pasó demasiado pronto, en unas horas debería estar en ese vuelo a Madrid.

Jaehyun miraba las paredes de la habitación en la que compartió varios momentos con su pequeño Doyoung, y que ahora, esos recuerdos retumbaban sin piedad en su mente y corazón.

No entendía, si fue Doyoung el que le falló, ¿por qué se siente tan culpable?

El sonido de sus sollozos tras la puerta de la habitación de huéspedes hacían eco cada que intentaba dormir. Las pocas veces que cruzaron miradas a la mañana siguiente, Doyoung lo ignoraba.

¿Cómo no quieres que te ignore si le discutiste anoche? Decía su mente.

Pero tampoco es que iba a dejar engañarse.

Aún no entendía porque fue que Kim hizo algo como aquello, ¿no era suficiente? ¿Taeyong era más bonito? ¿No estaba realmente enamorado?

A veces agradecía que Chaeyoung le abriese los ojos a la cruel realidad. Donde el amor de su relación era unilateral.

Realmente sabes mentir, eh, Doyoung.

Jaehyun pensaba en todas las veces que Doyoung le repetía esas dos palabras que lo llevaban al cielo.

Te amo.

Seguido de un beso que le traía paz y tranquilidad. Doyoung era su lugar feliz. Pero como las cosas buenas en su vida no duran, le hicieron ver lo que en realidad era.

Jung suspiró, desde que Miyeon llegó en busca de las cosas de su... ni sabe ya, la opresión y desesperación se hizo protagonista en su pecho. Iba a detenerla, iba, pero al final se dio cuenta que se haría daño a sí mismo si llegaba a insistir.

Por varias noches se le ocurrió joderle la existencia a Cho para que le dijese donde estaba Doyoung, pero, la voz de Chaeyoung contándole cómo descubrió a Doyoung haciendo... cosas en la casa de Taeyong aparecía a detenerlo.

Al menos Chaeyoung se preocupaba por su bienestar.

No como Miyeon, que cuando él intentó desahogarse con ella, lo escuchó... más aún así le dijo que estaba mal su pensar.

Estampó las últimas prendas en la maleta, y con todo dentro la cerró con molestia. Vaya mejor amiga.

Chequeó que todo estuviese en su lugar, y emprendió camino al aeropuerto con el boleto de avión en la mano. Ya en el auto, decidió encender la radio. Simplemente los silencios dejaban su mente volar en direcciones no gratas.

La melodía llegó a sus oídos y solo pudo bufar. Fine de Taeyeon.

Le recordaba a Kim.

Apagó el aparato con la misma delicadeza que utilizó para empacar sus prendas. Tal vez el universo estaba en su contra.

Ahegao boy ★ jaedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora