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Al día siguiente, Eijiro sentía que unos brazos lo envolvían. Se sentía, en cierto modo, cálido y confortante. Trato de seguir durmiendo pensando en que era algo de su imaginación pero recordó lo del día anterior.

Rápidamente se sentó en la cama, los brazos de Bakugo quedaron aún abrazados a su cintura. Sus mejillas estaban rojas y calientes. Sentía que en cualquier momento moriría de la vergüenza, pero ese no sería el día.

Trato de levantarse lo más lento y sigilosamente posible para no despertar al contrario. Al ya estar fuera de la cama, tomo el celular del rubio para ver lo hora.

4:30 AM

Aún era bastante temprano. No sabía el porque estaba despierto a esa hora, pero de alguna forma, culpaba y maldecia a su cerebro por el insomnio. Sigilosamente salió de la habitación de su amigo y se fue a la suya.

Se recostó en su cama y empezó a mirar el techo. Se quedó en un punto fijo y luego de eso, no supo cuando se quedó dormido.

Su alarma empezo a sonar

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Su alarma empezo a sonar. Ya era hora de salir a correr, como en todas las mañanas. Se levantó con mucho cansancio, como si su cuerpo necesitará dormir más. Al levantarse de la cama, sintió que su cuerpo pesaba, todo a su alrededor empezó a dar vueltas y su cabeza dolía como el demonio.

Se sentó y posicionó una mano en su frente, estaba ardiendo. Con lentitud se levantó y se fue al baño. Mojo su rostro con agua helada pero eso no le ayudo en nada.

Su caminata era bastante pesada, con algo de dificultad, logro llegar a su cama. Se recostó y tomo su celular. Habían varios mensajes y eran todos de cierto chico pelirrojo.

Su vista empezó a arder, como si de cierta forma, la luz del teléfono también afectará su visión. Lo dejo a un lado y decidió descansar un poco más.

Las horas pasaron

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Las horas pasaron. El pelirrojo despertó por su alarma. Fue al baño e hizo lo de cada mañana. Se vistió y se fue a la cocina para desayunar algo. Cuando terminó, volvió a su habitación a prepararse para ir a clases, hasta que recordó que su cuaderno había quedado en la habitación de Bakugo.

Baile escolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora