❛ Mom ❜

8.

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Julio, 2016.

"Las calificaciones de TaeHyun son impecables, ¿por qué no eres como él?"

"¿Es tu mejor amigo y no se te puede pegar lo inteligente?"

"La mamá de TaeHyun me contó que su hijo es muy servicial y cariñoso con ella, me dio tanta vergüenza decir que tú no eres así"

"El hijo de una de mis clientas sacó varios diplomas. Si él pudo ¿por qué tú no? deberías de esforzarte más para conseguir por lo menos uno"

"Tú si me exiges atención pero no puedes ni siquiera traerme buenas notas para saber que te lo mereces, inútil"

"No necesitas ir de nuevo con esa psicóloga, lo que necesitas es ponerte a estudiar, mientras tu mente esté ocupada no pensaras en lavarte las manos tan seguido"

"Eres mi hijo y yo decido lo que es mejor para ti"

—Ya basta, por favor, por favor —habló entre dientes el pelinegro para sí mismo, jalando sus cabellos con fuerza en un intento de calmar el dolor de su corazón—. Sé que soy un maldito inútil, sé que no soy el hijo que esperabas, sé que nunca podré hacerte sentir orgullosa por más que me esfuerce, pero deja ya de recordármelo, basta por favor —sollozó.

Cayó de rodillas al suelo, rompiendo finalmente en un llanto silencioso.

Otro mes que tuvo que soportar los comentarios de su madre, pero estos se volvieron más frecuentes y dolorosos desde que la cuenta regresiva para el examen de admisión de preparatoria comenzó a correr.

"Es tu única obligación y ni eso puedes hacer bien porque te distraes con cosas estupidas"

Apretó fuertemente sus ojos ante el recuerdo de la plática que había tenido con la mujer hace unos minutos, antes de que el pelinegro se encerrara en su habitación.

"Debes de pasar ese examen, no quiero que termines igual que tu hermano: un don nadie"

Sinceramente, no se dio cuenta en qué momento comenzó a golpear su cabeza con sus puños, pero no se detuvo, porque estaba desesperado por desvanecer sus pensamientos y mantener su mente tranquila.

Pero, ¿por qué no funcionaba?

"¿Sabes lo que pasará si no pasas ese examen, BeomGyu?"

—No, no, no... —susurraba mientras movía levemente su cabeza en negación, reduciendo la fuerza en sus golpes.

"Te dejaré un año sin estudiar, te sacaré de la escuela y te quedarás encerrado en tu habitación por todo el año. Veremos si así aprendes la lección y te esfuerzas más el próximo año"

—Te odio tanto...

El azabache jadeó sorprendido.

¿Él... realmente lo había hecho?

Finalmente, después de tantos años, lo admitió en voz alta.

—Lo siento, mamá —susurró, sintiendo cómo nuevas lágrimas resbalaban por sus suaves mejillas de manera dolorosa—. Pero te odio, te odio como no había odiado a nadie, y ya no estoy dispuesto a seguir soportándote.

Él se esforzó. Les juro que él siempre dio lo mejor de sí mismo para al menos tener una charla normal con su madre sin gritos, golpes o maldiciones de por medio.

Se esforzó por ser un mejor hijo porque pensó que él era el problema.

Pero nada funcionaba y, sólo se hacía más daño en el proceso.

Tal vez ya era hora de parar...

Sólo debía hacer una última cosa, para poder cerrar ese doloroso ciclo de una vez por todas.

Sólo aguanta un poco más...