Capítulo 18

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"El papel..."

Pov Makis

No sabemos que día es, ni la hora, cada vez tenemos menos fuerzas de las que nos gustaría admitir, el mundo pasa a camino lento. Nuestras vidas se van cerrando y cayendo al vacío, no tenemos opciones para salir, las pocas que nos quedan han sido ya obstaculizadas llevándonos así a la creencia que nuestra reciente vida terminará aquí. Hemos intentado una y mil formas de podernos escapar, sin embargo, todas han resultado inútiles, ellos siempre van a un paso delante de nosotras. Por ello mismo, se han llevado a Natalia a otro lugar alejado de mi y de cualquier cosa que podamos hacer juntas, me preocupa lo que le puedan o no hacer, ya que desde ese entonces David no se ha aparecido por el lugar donde me tienen a mi.

El dolor de que alguna de nosotras... O ambas, pueda morir, se ha quedado en mi cabeza, en mi cuerpo, en mis venas, saber el sufrimiento que provocará nuestra muerte a mis amigas, especialmente a Juli, que estábamos a nada de formalizar nuestra relación, sin embargo no todo puede ser tan bueno, y aquí estamos, secuestradas por las personas más horribles que hemos conocido y las posibilidades de que nos dejen en paz son pocas, la única y poca compasión que tienen de nosotras es darnos de comer, para ser sinceras hemos aceptado esa comida, siempre y cuando estemos seguras que la dará algún chico de intercambio, a quienes, después de la visita de María Juliana queremos estar seguras que ellos no son tan malos como parecen y que al contrario sólo sufren las amenazas de seres sin corazón, utilizando en su contra el dinero, un total juego sucio y repugnante de su parte.

La esperanza cada día es menos, Natalia está cansada, su espera por la policía se ha vuelto vana, ha perdido el brillo aquel que caracterizaban sus ojos y aquella locura y forma feliz de ver las cosas a su alrededor, y como culparla? Si estando en esta situación tan horrible, en lo que menos piensas es en poder estar sacando el lado bueno. Yo, al contrario, tengo una esperanza algo mayor a que vendrán y llegarán por nosotras, sin embargo, me es imposible no pensar en que posiblemente nunca se nos dará la libertad que antes teniamos. Hasta que parece que he llamado con mi mente a aquellas personas capaces de ayudarnos.

Federico me está viendo con cara de estúpido desde una esquina de la bodega, su mirada me quema, me genera asco, parece estar desnudandome con la mirada, es tan espantoso tener que estar frente a una persona capaz de hacer tanto daño solo por no saber hacer bien las cosas. Veo, de reojo, como se va acercando de a poco hacia mi y solo trato de apartar mi cara lo más lejos que me da mi cuerpo, lo que gracias a la silla y las ataduras, me es un tanto imposible.

-Ahora que es lo que quieres?- Pregunto harta de él y de su tonto jueguito

-A ti- Su respuesta fue en un tono tan enfermo y que sentí mi estómago revolverse

-Aléjate de mi, que parte de la palabra "no" no te cabe en tu diminuto cerebro?- Digo viéndolo a sus ojos con tal de que mi mirada haga efecto corrosivo en él

-Ay mi Makis, tan ingenua e inocente, crees que solo te quiero por mero sentimiento? Tu cuerpo vale más que cualquier sentimiento en el mundo querida- Dice mientras me apunta con un arma y siento como mi corazón empieza a latir a mil por hora

-Si tanto vale, matame de una vez- Lo escucho reírse estrepitosamente causandome escalofrios

-En serio eres tan tonta? Me sirves más viva que muerta, aparte tu noviecita no ha sufrido lo suficiente- Siento mis mejillas arder y mi estómago estrujarse

-Con Juli no te metas, ni se te ocurra tocarla porque no sabes de lo que soy capaz- Me muevo bruscamente en la silla, logrando unicamente lastimarme las muñecas

-Que piensas hacer? Matarme? Golpearme? Por Dios Makis, tu no matas ni una mosca, no eres capaz de hacer algo bueno como para darme miedo- Lo dice de una manera tan arrogante que solo hace que me arda más mi orgullo

~Yo te quiero más~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora