San Borondon

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San Borondon la llamada octava isla aunque ahora seria la novena.

una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos, o su peculiar forma de hacerlo atreves tras una espesa capa de niebla o nubes, la última ocasión en la que se plasmó en un mapa fue en 1755, los cálculos registrados avalaban que medía unos 480 kilómetros de largo y 155 de ancho, con dos grandes montañas a ambos lados.

A lo largo de la historia se han hecho espediciones para encontrar la isla erraran de la cual figura en documentos tan importantes como el Tratado de Alcáçovas, por el que España y Portugal se repartían el Atlántico.

1570 el año con más avistamientos.

Hernán Pérez de Grado, afirmó que había estado en sus costas perdiendo a parte de su tripulación en la isla. El portugués Pedro Vello relató cómo se había encontrado con la isla al verse obligado a cambiar de rumbo para refugiarse del temporal.

La última expedición oficial con rumbo a la isla fue la encargada por el Capitán General de Canarias, Juan Mur y Aguirre, al tinerfeño Gaspar Domínguez que regresó a puerto sin haberla visto.


Cartografiada por primera vez a finales del siglo XIII en el Planisferio de Hereford, la última ocasión en la que se plasmó en un mapa fue en 1755, en la Carta geográfica de Gautier. Entre medias, una decena de planos recogieron su posición, a unos 220 kilómetros de La Palma en dirección oeste sudoeste, y a 550 de El Hierro rumbo oeste noroeste. Los últimos cálculos registrados avalaban que medía unos 480 kilómetros de largo y 155 de ancho, con dos grandes montañas a ambos lados.

Detalle del mapa del norte de África según Guillermo Delisle donde aparece la isla (1707) Wikipedia

A la caza de la isla errante

Aunque los más escépticos siempre han defendido que San Borondón era, en realidad, un efecto óptico por la acumulación de nubes o un fenómeno de espejismo, los marinos no escatimaron a la hora de fletar sus naves para ir en su búsqueda. Hasta ocho navales documentadas desde finales del siglo XV hasta entrado el siglo XVIII surcaron el océano para comprobar si existía aquella masa terrestre de la que hablaban las cartas antiguas. También, algunas de ellas, se toparon con ella por sorpresa.

De hecho, conviene resaltar, que la isla figura en documentos tan importantes como el Tratado de Alcáçovas, por el que España y Portugal se repartían en Atlántico.

1570 el año en el que se documentaron más avistamientos.

Hernán Pérez de Grado, afirmó que había estado en sus costas perdiendo a parte de su tripulación en la isla. El portugués Pedro Vello relató cómo se había encontrado con la isla al verse obligado a cambiar de rumbo para refugiarse del temporal.

La isla le debe su nombre al monje irlandés San Brandán el Navegante, a bordo de los llamados currach, una suerte de embarcaciones hechas de cuero con las que llegaron a los rincones más inhóspitos del planeta.

Fue otro monje el que le habló del lugar y le pidió que fuera allí a recuperar a su hijo.

Con otros 14 hombres, se echó a la mar durante siete largos años hasta que hallaron la Isla Pez, un islote desprovisto de vegetación que emergía y se sumergía entre la niebla.

Fue allí donde celebraron la Pascua en plenos festejos, la isla se despertó de un rugido. Era, en realidad, el pez gigante Jasconius* y fue este quien guio a San Brandán hasta el paraíso terrenal: la misteriosa octava isla canaria.(ahora novena)

Pero no a caído en el olvido en 1958, ABC publicó una imagen de la isla asegurando que había sido "fotografiada por primera vez", "El afortunado fotógrafo, ha dejado fiel constancia del hecho. Uno más que ha creído en la realidad de esa tierra fluctuante", terminaba la crónica.

En 2008, sus autores aseguran que se trata del "primero, y de momento único, realizado a la isla de San Borondón en estos casi 2000 años de la existencia de la leyenda". Captaron el islote sobre las 20:00 horas del 18 de octubre de 2003.

Aunque historiadores están convencidos de que la isla no es una realidad física, sí consideran que está tan arraigada en el imaginario colectivo que merece ser considerada una más del archipiélago.

También es conocida como la Innacesible, la Encubierta, la Perdida, la Encantada o la Non Trubada.

Jasconius*:El «aspidoquelonio» era un monstruo marino descrito en el Physiologus, una tortuga gigante que parecía una isla,

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