UNA HISTORIA REAL
Va rauda, moviéndose en una nube negra en remolino
Con su camisón blanco deshilachado, llorando su destino
Entre hierbas y árboles, manchando de sangre su camino
Andariega y vagabunda, cruzando montes y aldeas, asustando peregrinos.
Presurosa, como alma en pena, pagando sin clemencia su penitencia
Sollozando lágrimas de sangre, de gemidos de cruel impotencia
Estremece con sus alaridos, el silencio de cementerios y su estancia
Con llantos de ultratumba, que hace eco de pánico, la convivencia
Lleva su cabellera larga, que arrastra toda desgreñada
De color blanco cenizo, como alma sin cobertizo
En las cuencas, brillan dos bolas de fuego en su mirada
De su boca salen gritos satánicos, de su sueño despertada.~*~
Recuerdo haber estado en un hotel. Un hotel grande con paredes de metal y cristal. Un jardín hermoso y enorme, digno de un hotel cinco estrellas. Recuerdo haber visto, suspendidos en el aire, sin ningún soporte, conductos de aire acondicionado en el jardín. Pero, que se puede esperar de un sueño sin sentido. Exploré cada rincón del jardín hasta que por alguna razón entré al hotel. Era elegante y enorme. Un Overlook en toda su gloria.
Frente a mí habían dos escaleras que me dirigían a la misma recepción. Y la recepcionista era una anciana de cabellos blancos como la ceniza. Su cara era perfilada, con piel blanca como la nieve. Sus arrugas, asumí, eran fruto de años y años de vida.
A cada lado de su escritorio habían dos puertas dobles de cristal. Mi padre, desde las afueras del hotel había hecho una señal con la mano, instándome a salir a su encuentro. Caminé con intención de abrir la puerta de la derecha, pero la mujer anciana me había recomendado que abriera la de la izquierda. Alegando que la de la derecha estaba dañada. Tomé la manilla, la abrí y salí a la oscuridad de la noche.
Parecía una noche normal, habian farolas encendidas y creo que había visto autos conduciendo de un lugar a otro. Yo me encontraba a un extremo de la calle, y cruzando se hallaba mi padre aun esperándome. Parecía sencillo. Cuando decidí cruzar, coloqué un pié sobre el asfalto, e inmediatamente una oscuridad absorbió todo a mi alrededor. Ya no había calles ni aceras. El destello de luz de las farolas se había borrado de la faz de ese espacio. Como si a Dios se le hubiese derramado un galón de pintura en ese rincón del mundo. No sé que ven los ciegos, pero creo que esa oscuridad era algo similar.
Entre la oscuridad emergió la figura de una mujer que vestía un vestido blanco. Sus cabellos rizados y cenizos, cubrían la mayor parte de su rostro. Me acerqué a ella con recelo, aunque en mi interior presentía que debía salir corriendo a donde fuese.
Estaba cerca. Muy cerca. Aún así aguarde paciente frente a ella. Su rostro estaba tapado por su larga cabellera, solo se le lograba distinguir los labios con una sonrisa socarrona. De pronto me encara totalmente y su rostro se va desfigurando como si se tratase de una figura de cera que se va derritiendo. Toma mi rostro con sus dos manos y susurra con una voz ronca—: cuéntaselo a tu mami.
Entonces despierto. Pero eso apenas era el comienzo de un terror que hasta el sol de hoy, nunca he podido olvidar.
Comenzó con un hormigueo o una descarga eléctrica, no sabría definir tal sensación. Me encontraba en una posición muy precaria. Mi cuerpo estaba en posición fetal con mi rostro dirigido hacia la pared. En aquel entonces mi cama estaba pegada a una de las paredes de mi habitación, así que en la posición en la que estaba le daba la espalda a toda la habitación, lo cual me hacía sentir vulnerable.
En fin, lo cierto es que no podía mover ni un músculo y lo único que salía de mi garganta era sonido ahogados y forzosos. No podía pedir ayuda ni rezar. Estaba en un estado muy consciente y ese hecho me aterraba aún más. Recuerdo una presencia maligna detrás de mí, pero no podía girarme. Era como si pudiese describir la sensación de morir. Es un terror peor que el de las películas. Una cosa gélida, oscura y maligna que te está mirando o tratara de tomarte. Hasta que sentí como el colchón de mi cama se hundió justo tras mi espalda y luego en la almohada, era como si él o, eso, se hubiese acostado conmigo, hasta ahora sigo creyendo que unos brazos me rodearon y fue lo más terrorífico que experimenté. Todo me parecía real. Todavía hoy creo que eran reales. Me hizo pensar que era algo más que un trastorno del sueño. Más que nada porque todo eso había sucedido justo entre las 3:00 am y 4:00 am.
~*~
UNA HISTORIA REAL
Esta es la historia de un conocido que llamaré Freddy por obvias razones. Cabe destacar que cuando me aportó esta historia, le costó contarla. Hasta el momento en el que entrevisté a Freddy afirmó que nunca se lo había contado a nadie "Siendo niño nadie me tomaba en serio. La oscuridad parecía estar viva". Fueron sus palabras.
~*~
Bueno gatitos negros, esto a sido por este momento. Me disculpo por no haber publicado antes, se me complicó un poco esperando que el dueño de esta historia me confirmara para publicar. Tal vez para algunos no les vean sentido hacer tal procedimiento porque estamos publicando en Wattpad, pero déjenme decirles que es igual de importante esperar la confirmación de una fuente el publicar algo en cualquier parte.
Hasta la siguiente historia tétrica mis gatitos negros
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Mundo oscuro
Horror"Mundo oscuro" es un libro lleno de microrelatos de terror. Miedos y fobias que te harán espantar. Jackie Boyce trae sus peores miedos y experiencias paranormales en pequeños pero terroríficos relatos para dar adrenalina a las noche de sus lectores...