I: Por ti volví

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Luego de su última batalla, los soldados griegos volvían a su tierra para celebrar su victoria y al menos poder descansar luego de una ardua guerra que había durado por cinco años.

Entre esos valerosos guerreros se encontraba Milo, un joven griego, que a pesar de su apariencia podía enfrentarse solo a todo un ejército. A su lado estaba su fiel compañero, Aioria. Ambos solo deseaban volver a su hogar y festejar su victoria con sus familiares o al menos con sus seres queridos.

Sin embargo, tendrían que esperar un poco más. Pues al ser los mejores guerreros ambos fueron invitados a una cena organizada por el gran rey Aspros. Para festejar el gran logro de sus guerreros.

—Yo quería ver a mi hermano... Y también a Shura... Hace un año que no los veo.— suspiro Aioria subiendo a su caballo para ir al palacio.

—Tienes suerte de tener familia y un novio... Supongo que me quedaré a dormir en el castillo, no hay a donde pueda ir.— respondió Milo, mientras hacia lo mismo. Una vez listos ambos cabalgaron hasta el palacio.

—Te quieres quedar en el Palacio por qué no tienes a donde ir... O por el príncipe Camus?—

—Que ocurrencias Aioria y mejor cuida tus palabras.. Sus padres son los reyes, me matarían si salgo con su hijo favorito.—

—Dudo mucho que lo hagan, no pierdes nada al confesar tu amor por el. Además no hay mejor candidato para casarse con el príncipe que tu.—

Esas últimas palabras se quedaron en la mente de Milo, desde que habían terminado la campaña deseaba volver cuanto antes y decirle sus sentimientos a su amado Camus. Pues desde que el pequeño príncipe lo había salvado, se quedó enamorado perdidamente de el y sabía que lo amaba desde sus 7 años. Con el paso del tiempo ese amor se intensifico y solo esperaba que su príncipe lo aceptara para decirle de todo el amor que había albergado por tantos años.

Entre esos pensamientos y la luz de la luna, ambos guerreros llegaron al palacio y se dirigieron al salón principal, donde se realizaba el gran banquete. Milo sentía el corazón en la boca, una vez que atravesarán las puertas del salón podría ver a su gran amor. Al dueño de sus pensamientos y corazón.

—Camus...— susurro Milo, entrando al gran salón, donde se encontraban el rey Aspros y su esposa principal que era un frágil doncel llamado Dégel, luego sus hijos mayores. Pero no había ninguna señal de su príncipe.

Solo el rey Aspros fue el que se acercaba a ellos, y con voz animada los recibió.

—Milo! Aioria! Que gusto verlos! Espero de disfruten de la pequeña fiesta que organice para ustedes.—

Los guerreros dieron una pequeña reverencia antes de responder a su majestad.

—Es todo un honor su majestad...— comenzó Aioria.

—Nos alegra llegar a su palacio con buenas noticias y la victoria en nuestras manos.— a pesar de que Milo se dirigía al rey, buscaba con la mirada al príncipe.

—Bueno adelante, disfruten de esta bienvenida.  Lo tiene bien merecido.—

La fiesta inicio para los guerreros, pero a pesar de que esa fiesta tenía hermosas damas bailando casi desnudas, el buen vino y el gran festín que parecía que nunca acabaría, muy dentro Milo no lo disfrutaba. Pues en sus pensamientos seguía solo Camus, un hermoso doncel pelirrojo y piel tan blanca como la nieve. Buscaba a alguien con esas características en ese gran salón. Pero no había nadie con tal belleza.

Las horas pasaron, y la noche se intensifico. La mayoría en ese salón estaban ebrios. Milo por alguna razón aún estaba cuerdo luego de todo el alcohol que había ingerido. Ahora deseaba retirarse y cuanto antes buscar a su Príncipe.

—Gracias por el banquete mi señor. Si me permite me gustaría retirarme.—

—Por supuesto que sí Milo, debes estar cansado luego de una ardua batalla. Puedes retirarte.—

Milo se reverenció ante su rey y se encamino a la habitación donde se hospedaría. Mientras que Aioria se quedó solo con el rey a festejar el resto de la noche.

—De seguro va a buscar al príncipe Camus... En todo el camino se guardo las palabras para declararse a su hijo, su alteza.—

Por un momento el agradable ambiente desvaneció, El rey cubrió sus ojos con una sola mano y dejó la copa de vino de lado. Aioria pensó que había dicho algo indebido, por lo que se acercó a su alteza y trato de que olvidará sus palabras.

—Perdone mis palabras su alteza y mejor olvide lo que dije. No era mi intención hablar de más.—

—No te preocupes Aioria... No dijiste nada malo...— Aunque Aspros trato de hablar de la manera más normal, no pudo evitar derramar algunas lágrimas que le quitaron el aliento para seguir conversando.

—Entonces?— Aioria estaba confundido y no sabía que hacer. El hijo mayor de Aspros, alejó a Aioria de su padre y lo llevo hasta el balcón de palacio.—Príncipe Saga... Porfavor le juro que no era mi intención herir a su alteza... Pero yo...

—Tu sabes que mi padre amaba a Camus...— menciono el príncipe con cierta tristeza. Y aunque la pregunta le desconcertó en un principio a Aioria. Le respondió con amabilidad.

—Si, Camus talvez no sea el heredero de este reino, pero no había duda del amor que su majestad siente por el.—

—Estas en lo cierto, mi padre aún no se recupera de su pérdida, Camus nos dejó un gran vacío en nuestros corazones desde su partida... Porque el murió hace algunos meses.—

—¿Que?— Aioria estaba desconcertado, con razón no había señales del príncipe y eso explicaba la tristeza de Aspros.

Even in death I will love you [MiloxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora