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-Un rubio ceniza, comenzó abrir sus ojos rubíes, al instante sintió aquella pesadez en su cuerpo, el gran cansancio, al tener completamente los ojos abiertos lo primero en mirar fue aquel techo de tono blanco, su buen olfato no tardó en darse cuenta de que había un raro olor a medicinas y a puro hospital, y entonces recordo el accidente que tuvo, no sabía cuánto había estado inconsciente desde eso, solo esperaba que no mucho, este izo una mueca rara al sentir o mejor dicho no sentir que podía mover sus piernas, estás no sentían nada de tacto, en eso elevo su mirada hacia la puerta que había sido abierta, sus padres pasaban a la habitación junto a un doctor y una enfermera, este los miro esperando escuchar alguna respuesta o si acaso le pensaban dar de alta, "Bakugou era algo ansioso y no le gustaba estar en un solo lugar por mucho tiempo"-

-Buenas tardes joven Bakugou, se ve que está mejor- Saludo con amabilidad el doctor ‹'Y ahora? Tan mal estuve?'› se pregunta el chico de ojos rubíes en su mente -¿Cuatro meses han sido suficiente descansó?- pregunto ‹'Cuatro meces?? Tiene que ser una broma? No pude haber estado ese tiempo inconsciente o ¿Si?'›, el chico rubio se carcajeo un poco pero, paro en seco al volver a escuchar al doctor -¿Algo le parece gracioso Joven Bakugou?-

-Cierto mocoso, crees que es divertido carcagearte después de el tanto tiempo que estuviste inconsciente, tonto!- Fue su madre la que hablo, haciendo que el rubio se enojara y frunciera el seño por como le trato-

-Hijo solo ten más respetó, el doctor es el que a llevado muy bien tus evaluaciones de cómo te encuentras, realmente me hase feliz que todavía vivas Katsuki- Y hay estaba su padre con esa manera tan amable y considerada de hablar, era sin duda muy distinto de su madre pero, aunque no se lo dijera el rubio le tenía mucho respeto y aprecio-

-En fin, creo que deberíamos explicarle muchas cosas y situaciones a su hijo..- El doctor se aclaró un poco la garganta y sus padres asintieron, el apesar de no haber hablado, estaba impaciente de saber tales situaciones -Joven Bakugou, seré muy claro con lo que le voy a decir, espero lo comprenda y espero que no se valla alter-..-

-Habla de una maldita vez!!- Si ese chico no tenía ni una pizca de pasiencia, el doctor solo noto que con esa frase "Si el chico era la viva imagen de la rubia llamada Mitsuki, no había duda" el doctor dió un corto suspiró y miró fijamente al rubio para comenzar hablar-

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-Estaba sentado en aquella silla de ruedas, sus ojos sin saber por qué se sentían ardientes, como si tuvieran vapor, aquel día en el cual resivio la noticia de que habia quedado "inválido" se había vuelto aparecer en su cabeza, el le llamaba "El estupido recuerdo maldito", ya había pasado casi un mes desde que salió del hospital, paso la manga de su abrigo por su rostro quitando un poco aquella sensación, escucho como alguien tocaba a la puerta de su habitación y luego vio como abrían la puerta, dejando ver al pelicastaño, el cual era su padre, este sonrió amablemente y se acercó a donde estaba su hijo sentado en aquella silla de ruedas, no tardó en empezar a caminar fuera de la habitación llevando a su hijo en la silla de ruedas, el rubio sabía que cuando su padre lo llevaba así era por qué la comida de su madre ya estaba y no lo preguntaba, ni decia nada-

-Hoy tendrás una nueva encargada Katsuki, trata de ser amable con ella- los dos escucharon como la rubiaque estaba poniendo la mesa,
reía con algo de desagrado-

-Y crees que lo será luego de haber espantado a siete chicas que trataron de cuidarlo?- miró con aburrimiento a su esposo al cual se le calló una gotita de sudor por la frente "Su esposa tenía toda la razón"-

-No necesito que me cuiden, no quiero ningúna cuidadora, son todas unas malditas perras!- este rechino los dientes con fastidió al sentir como la rubia le daba un golpe en su cabeza-

-Deja de hablar de esa manera, y vas a ser amable con esa chica!- la rubia exijio y termino de poner la mesa, volvió hablar mientras tomaba haciento- Además, Momo me platicó muy bien de la chica, es tierna, amable, conciderada y es la que necesitas- sonrió ampliamente con un poco de picardía, los dos Bakugou hombres que estaban sentados en esa mesa le miraron algo serios, uno más fastidiado que el otro, sabían que la última palabra tenía un doble sentido, aunque el rubio hasta llegó a pensar que esa nueva cuidadora podría ser familia de su padre, ya que la descripción que dio su madre era como si estuviera describiendo a su padre pero, lo descarto por lo último que su madre mencionó, le restó importancia y comenzo a comer aquella comida que su madre había preparado, más tarde posiblemente le daría un infarto o algo parecido, mejor dicho un ataque de "Irá" típico de alguien muy explosivo pero, el no sabía eso-

Tú? y Yo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora