VI

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—Todos pensarían que Uraraka Ochako es una chica sin ningún problema o sin ningún desánimo pero, lo malo era que era todo lo contrario, la castaña desde su infancia sufría de ataques de asma claro está que no eran muy amenudo o bueno no hasta la actualidad, y no solo eso ya que desde la tragedia de la muerte de sus padres y su “Difunto novio”, con el cual estuvo a semanas de casarse y sin duda la vida había o tenía algo en su contra pero ¿Por qué? Nunca había sido una mala persona, al contrario siempre quería ayudar a los demás aunque éstas no quisieran—

—Cuando Ochako cumplió sus dieciocho años de edad pensó en casarse con el hombre al que amaba más que a nada, con el que llevaba más de un año de relación pero, por algo no querían que ella fuera feliz, arrebatándole lo que mas apreciaba, a sus padres y a su novio, de un solo tiron se los llevaron a los tres o “Eso parecía” la castaña había llorado como nunca, el dolor que sintió fue terrible, lo peor, a causa de esas emociones sufrió un ataqué de asma el cual era acompañado de pánico, estuvo hospitalizada por una semana, luego de eso no sabía qué hacer, su rostro parecía de zombis de esos de las películas, y entonces fue cuando entro en una gran depresión, la castaña comenzó a beber, aveces sin control alguno claro está que nunca por muy ebria que estuviera se dejó tocar por algún idiota, podía estar borracha pero, no era tan estúpida como para no saber las malditas intenciones de los demás, estuvo por unos cuantos meces así—

–Una noche que se encontraba en un bar, la gente solía mirarla con asco como si fuera un perra que iba a estos lugares a ofrecersele a cualquiera y cuando la vieron salir con un hombre más mayor que ella de ese bar, no tardaron en murmurar y a pensar en las miles de cosas que ella y el harían pero, no era como esas personas lo creían–

–Escucha, tu eres joven y voy a ser que regreses al camino del bien!– la castaña estaba ebria un poco y por sus mejillas no paraban de caer lágrimas gruesas del dolor, aquel hombre le había hablado de una manera tan calmada y le había brindado un hombro donde llorar con más tranquilidad y aunque estaba avergonzada de haber mojado mucho la camiseta del hombre con sus lágrimas, el simplemente le espolvoreo sus cabellos castaños con algo de diversión–

–Ahora que lo pienso..– el hombre freno su auto al ver el semáforo en rojo y mirando hacia el haciento de copiloto donde estaba Ochako mencionó– Mi nombre es Yamada Hizashi, me puedes decir Hizashi solamente si tú quieres– el hombre era de unos treinta y dos años,  alto con cabello rubio largo de punta y un pequeño bigote, bastante simpático y extrovertido, a la castaña le hacía reír su manera de ser, no tardó en sentir confianza al tener cerca al hombre, por eso mismo tampoco había tardado en aceptar ser consolada con anterioridad en el bar, aunque se sintió mal por como las personas los miraba pero, el la tranquilizó diciendo que no importaba, que todo estaba bien–

–U-uraraka Ochako, p-puedes decirme solo O-ochako.. Hizashi– el rubio no tardó en dedicarle una sonrisa mientras volvía a poner en marcha el auto, la castaña sentía que el era un ángel que la estaba rescatando de su infierno, por eso lo pensó y le empezó a mirar como su “Hermano”–

—El hombre le llevó a su casa donde le brindo una habitación y comida, claro la castaña le mencionó que no tenía apetito ese día, también que el rubio noto a la mañana siguiente, que la castaña no había podido pegar pestaña en toda la noche por eso mismo decidió dar había a su lugar de trabajo que no podría asistir ese día—

—¿Quien es Yamada Hizashi? Un hombre realmente muy parlanchin pero, bien educado, con mucha simpatía, trabajaba en una escuela donde daba clases de inglés a la mayoría de los estudiantes, muy bondadoso y esto lo llevo a ese lugar por qué había escuchado rumores además de que una vez conoció a los padres de la castaña pero, no hablo demaciado con ellos y menos con ella, así era como el había empezado ayudar a la única hija de  los "Uraraka" no solo por qué la conociera de un lugar y tampoco por ser amable, si no por qué ella le recordaba mucho a alguien y le hacía feliz ayudar asi a los demás—

—Llevo a la castaña a terapias, ya que Ochako tenía problemas con muchos recuerdos de su pasado, “todo” lo que había pasado, por eso al tener emociones provocadas por los recuerdos, creeaban ataques de pánico y estos llevaban a crear ataques de asma, a Yamada no le molestaba que aveces la chica era incapaz de poder utilizar los inhaladores y que también habían veces que se le olvida tomar sus tranquilizantes de cada día—

—El rubio estuvo con ella por el tiempo que tuvo que resivir aquellas terapias, claro el solo estuvo a su lado hasta sus veintiún años, luego a él se le presento una oferta de trabajo en Estados Unidos, lo cual se lo mencionó a la castaña, ella aunque se sentiría sola le dijo que lo mejor era tomar esa oferta o nunca más se le otorgaría algo así y lo mejor era aprovecharla, ella solamente le izo prometer que le volvería a ver y así el se marchó dejando la casa e al nombre de Uraraka Ochako, esa casa era su refugio, la casa en la que sentía llena de paz y la mantendría hasta que Hizashi volviera, aunque no se comunicaban ella sabía que el no rompería su promesa—

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—Cuando la castaña no toma sus tranquilizantes, su mente recrea muchas cosas que le hicieron daño, ella pudo haber ido por un tiempo a terapias y apesar de que ya no bebía para nada o tenía esos descontroles, seguía teniendo problemas con los ataques de pánico y justamente ese dia lo había olvidado, cuando se despertó del sillón, lágrimas se veían en sus ojos avellana, le hacía falta la respiración y sentía miedo o mejor dicho mucho pánico por lo que acababa de recordar, camino hacía su bolso que estaba en una de las sillas del comedor, apenas y pudo llegar hasta el comedor cuando tomaba su bolso, sus piernas dejaron de estar a su favor y calló al suelo respiraba cada vez más dificultoso y no podía forzar a su manos moverse estába más inmobil que un tren oxidado, entonces la frustración se apoderó mas de ella y las lágrimas empezaron a mojar sus mejillas–


[En el presente]


–‹“¿Esta muerta?, No, Sigue respirando... Pero, que demonios le pasó?”› comenzó acercarse con lentitud en su silla de ruedas a donde se encontraba la castaña, había un envase pequeño  al parecer de pastillas y tres inhaladores tirados en el suelo, ella apenas y tocaba uno con sus dedos queríendo tomarlo pero, se le dificultaba, ya que apenas y lograba respirar poco, estaba en la duda de ayudar o no? Que debería de hacer en ese momento?–

–Entonces no le importó y tomó uno de aquellos inhaladores y llevando su silla más cerca de donde estaba la chica, izo que su rostro quedará mirando hacía arriba y acercó el inhalador a los labios de la chica, la cual al sentirlo inhaló profunfo y así mismo el rubio apretó el inhalador una vez, para así de esa manera ver como la chica volvía a tener su respiración un poco mejor, no sabía por qué pero, llegó a ver que las mejillas de la castaña estaban algo humedecidas y sus ojos también se veían como si hubiera llorado...–

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Holis aquí el cap VI estrellitas ✨

Esto se va a poner mejor más adelante ✨💗

Gracias por el apoyo✨💕

Dulce día, tarde o noche!✨ Bye✨

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