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recorro tu anatomía con mis ojos
y recojo las piezas sueltas de tu alma,
dejas todo oliendo a ti,
impregnado de ausencia

imploro que te quedes,
aún cuando esa palabra
no esta tu diccionario
y yo no conozca su significado

mi voz
es más suave
cuando pronuncio tu nombre,
pero nunca me escuchas

soy muda para tus oídos
e inexistente para tus manos,
soy ciega ante tu engaño
y sorda para tus mentiras

me visto de la oscuridad
que inunda la habitación
y aún así tú intentas ser la luz
que se cuela por la ventana.

Déjame dejarte ir.

Efímera eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora