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Historia que un shipper XueXiao necesita pero que no sabía 😳 xd
Xue Yang pasa junto a Xiao XingChen un embarazo, acompañalos con su pequeña historia de cómo es cuidar a un bebé ✨.
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XingChen no sabía si en verdad estaban disfrazados por su pequeño Tian, o porque su esposo aún no superaba su época infantil, era como tener dos niños en casa, ¡Hasta su hija, A-Qing, era más madura que él!
— ¡XingXing, tú hijo me robo mis dulces! — escuchó el exclamo de su esposo en la sala, suspiró y decidió ir rápidamente. — Pequeño ladronzuelo, devuélveme mis caramelos, ¡tú tienes los tuyos en tu calabaza!
El pequeño frunció el ceño, negó con la cabeza y rápidamente sacó los caramelos de sus envolturas, aunque Xue Yang quiso arrebatarle los dulces, su hijo se los metió a la boca.
— ¡Ah, tú-..! — Yang apuntó al menor. — ¡XingChen, este niño no es mío!
El menor de seis años recientemente sonrió y le sacó la lengua, pudo mostrar esos pequeños colmillos heredados de su padre, el Omega suspiró y cargó a su pequeño antes de ver como el Alfa hacía un berrinche en su lugar.
— Amor, ¿Le quitaste sus dulces a tu papá? — preguntó cariñoso, el menor no dijo nada. — Cariño, tú tienes los tuyos, además... Irán en una hora a pedir más dulces.
El menor hizo un pequeño puchero, XingChen besó su frente y le sonrió.
— Discúlpate con papá Yang, ¿si? — mencionó XingChen, el menor asintió, en cuanto lo dejó en el suelo el menor corrió hacia su padre que estaba comiendo un chocolate en el sofá.
El Omega se sintió conmovido cuando vio al pequeño Xue Tian corriendo a su papá, abrazándolo y pidiéndole perdón.
— ¡Lo siento, papi! — exclamó el pequeño, abrazó a su papá que fingía ignorarlo. — ¡Papá, papá, por favor, prometo no comedme más dulces tuyos... ¿sí, papá Yang?! por favor — hizo un puchero. El Alfa al verlo suspiró y asintió, la verdad no podía culpar al menor pues se veía reflejado en él, solo pudo recordar cuando él fue un niño y no podía tener dulces, se sentía tranquilo de que su hijo no pase la misma suerte que él.
— ¡Ya me voy, papás! — exclamó la Omega, bajando rápidamente por las escaleras, XingChen sonrió y se acercó para arreglarle el vestuario.
— Te ves muy hermo-
— ¡XUE XIAO QING! — Exclamó Yang, dejando al pequeño Tian a un costado sentado. — ¡¿A dónde vas vestida así?! ¡No sales de esta casa así, menos si no es con nosotros!
— Pero, papá... Mis amigas...
XingChen le hizo una seña, la menor se calló, el Omega sonrió y se acercó a su Alfa, quién aún tenía el ceño fruncido, luego vio a Tian y este imitaba a su papá, frunciendo el ceño y cruzando los padres, intentó no reírse al verlos.
