partido. ; 13

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ahí estaba él, sentado en una de las últimas gradas mientras el equipo de su escuela estaba destrozando al equipo de alguna escuela vecina cuyo nombre desconocía por completo. nunca había sido un gran fanático del fútbol, pero hyunjin estaba allí, jugando mientras hacía parecer que aquel deporte había sido creado para que él jugara, ver como iba detrás del balón y como se unía al equipo era una obra digna de admirar, así que agradecía estar allí sentado. alzó su cámara en cuanto el pelinegro se quedó quieto para poder tomar un poco de agua antes de seguir jugando, enfocó y disparó, tomando otra foto perfecta de aquel chico que hacía a su corazón latir como ningún otro, bajó la cámara para poder ver la escena que acababa de capturar, volviendo a llevar su vista hacia el partido.

— ¡hyunjin, estoy libre! — gritó el pelinaranja, llamando la atención de su mejor amigo.

el nombrado pateó el balón hacia el mayor, quien lo recibió y anotó, haciendo que el grupo de porristas enloqueciera.

seungmin arrugó un poco su nariz mientras todo el equipo y el público festejaba el nuevo punto, minho y hyunjin eran el dúo perfecto aunque no fuera de su agrado, ambos lograban complementarse muy bien dentro de la cancha y en cada partido pero, ¿fuera de ellos? lee minho era un chico con el ego por las nubes y de vez en cuando soltaba algún comentario estúpido denigrando a alguna minoría, entendía perfectamente su relación con ryujin cada vez que lo pensaba, hwang hyunjin, en cambio, era la persona más dulce que alguna vez había conocido, tan atento y divertido... ¿cómo había terminado siendo amigo de dos completos idiotas? ¿por qué aún seguía junto a ellos?
en cuanto el equipo continuó jugando la cancha volvió a quedarse en silencio, apenas se escuchaban algunos murmullos en medio de toda la tensión que se acumulaba en ese gran gimnasio, toda la atención estaba puesta en esos dos amigos que siempre tenían un plan para ganar, todos estaban expectantes por la próxima jugada, seungmin solo buscaba el momento perfecto para poder enfocar nuevamente con su cámara y, cuando hyunjin frenó para quedarse en la parte delantera de la cancha, supo que sería la toma perfecta, así que volvió a levantar su cámara, a enfocar y, al estar listo para disparar, pudo notar que la sonrisa de su modelo se marcaba y como sus ojos se dirigían directamente hacia la lente, mierda, se había dado cuenta, rápidamente bajó la cámara y dirigió su vista a hyunjin, quien aún lo miraba, rezando internamente para que no notara el rubor carmín que se posaba en sus mejillas, él alzó su mano para saludarlo y, antes de poder corresponder a aquella acción, el grito de yeosang lo asustó.

— ¿¡a quién miras!? — empujó el hombro del chico de cabello largo.

— ugh, mierda, — hyunjin se quejó. — ¿qué ocurre...? — llevó su mirada por la cancha, notando que el equipo contrario había recuperado el balón. — oh.

— sí, "oh". — bufó. — el balón estuvo, literalmente, sobre tus pies antes que pudieran tomarlo.

— hm, lo siento, yo solo...

— hyunjin, sé que las porristas son muy bonitas, lo entiendo... pero eso no puede distraerte. — el rubio estiró sus brazos, aprovechando ese pequeño momento.

volteó a seungmin, luego devolvió la vista a su compañero. — pero... yo no estab-

— da igual.

— ¿¡por qué están hablando!? — el capitán lee frunció su ceño, acercándose a aquellos dos chicos que comenzaban a sumergirse en la plática. — ¡vamos, corran!

seungmin tampoco había notado que habían perdido el balón, estaba tan concentrado en los ojos de su enamorado y ese lunar tan bonito que decoraba uno de ellos, ¿era posible concentrarse si se tenía a hyunjin a un lado? lo dudaba, hyunjin era imposible de ignorar... aunque ahora que lo pensaba, él lo había descubierto intentando tomarle una foto. hizo una mueca y su estómago se revolvió, ¿qué pensaría al respecto? lo odiaba, seguramente lo odiaba. cuando su mirada volvió al partido pudo notar que minho lo miraba, cosa que no tardó en incomodarlo, ese pelinaranja siempre le generaba una extraña sensación en su cuerpo, era incluso más fuerte cuando conectaban sus miradas, así que agradeció por lo bajo cuando ese lee dejó de prestarle atención completamente, esa interacción se hubiera vuelto escalofriante si hubiera durado unos cuantos segundos más.

pocos minutos después el partido terminó y toda la gente que estaba allí comenzó a dispersarse, el castaño se quedó sentado mientras guardaba su tan preciada cámara en el estuche que le había regalado su madre, se sentía ciertamente agobiado por la repentina cantidad de ruido que ahora comenzaba a escucharse, pero debía mantenerse tranquilo, nada malo podría pasarle si mantenía la calma de la situación, de todas formas, lo peor que podía pasarle, ya le había pasado; hyunjin descubrió que toma fotografías.
se levantó de su lugar y comenzó a bajar las gradas, dirigiéndose a la salida del gimnasio de forma directa.

— ¡hey, seungmin! — la voz de hyunjin obligó al nombrado a detenerse.

dio la vuelta sobre sí mismo, con un poco de miedo. — hyunjin...

— no pareces muy feliz por verme.

— ¡no, no! — se apresuró a negar y a acercarse a él. — no es eso... solo estoy un poco agobiado. — soltó una risa nerviosa.

— ¿todo va bien? — ladeó su cabeza, limpiando un poco el sudor de su frente con el dorso de su mano.

— claro que sí, estoy bien... el partido estuvo de maravilla, fue genial cerrar la tarde de esta forma. — mintió, ni siquiera le había puesto atención al juego.

acentuó su sonrisa, adoptando una posición orgullosa. — no sabía que estabas allí sentado... la próxima vez dímelo, podré dedicarte un punto.

presionó sus labios y, luego de unos segundos, soltó el aire acumulado en sus pulmones. — lo lamento, no sabía si estarías de acuerdo con que viniera a verte, ya sabes, no hablamos mucho y...

— ¿y? — alzó sus cejas, esperando alguna continuación que no obtuvo. — me agradas, seungmin.

— ¡hey, hyunjiiiin!

la irritante voz de ryujin hizo que una mueca se formara en el rostro del castaño, cosa que hizo al pelinegro aguantarse una pequeña carcajada mientras volteaba en dirección a la chica que lo animaba en cada partido, sin esperarlo en lo absoluto, tenía a la menor colgada en su brazo derecho, apegandolo a su cuerpo.

— este partido fue increíble, jinnie, quiero decir, tú siempre eres increíble pero esta vez tú... — su tono de voz chillón y dulce fue disminuyendo, al igual que su sonrisa, al ver que seungmin estaba allí. — oh, ¿interrumpo algo?

hyunjin hizo el amague de hablar, pero seungmin respondió por él. — no, en lo absoluto. — negó tranquilamente con su cabeza y se dirigió por última vez al chico de labios gruesos. — ah, bueno, nos vemos, ¿no?

esbozó una sonrisa debido a la timidez que emanaba el menor. — sí, por supuesto.

la peliazul fingió una sonrisa hasta que perdió de vista a ese chico que terminaba con su paz mental, apretó el brazo de su amigo y el mismo le dio un quejido.

— no puedo creerlo.

— ¿no puedes creer qué cosa exactamente? — fingió incredulidad, separándose de ella mientras frotaba su brazo.

— te gusta seungmin. — respondió con obviedad.

— solo quiero ser su amigo.

rodó sus ojos. — ¿por qué quieres ser su amigo? minho y yo somos suficiente, ¿no lo crees? — no esperó a obtener respuesta, solo continuó su monólogo. — como sea, hablando de minmin, tengo una cita con él, nos vemos luego, bonito.

[. . .]

querido diario;

el equipo escolar destrozó a sus rivales en el día de hoy, apenas pude ver el partido y cuanta ventaja les sacaron, estaba más concentrado en tomar fotografías de hyunjin que, siendo completamente sincero, son magníficas. oh, ahí está, el chico obsesivo de ciudad, ¿debería imprimirlas y guardarlas debajo de mi colchón?
hyunjin es genial jugando, estoy seguro de que, sin él, el equipo no sería lo mismo... sin él y sin minho, ambos son perfectos jugando juntos, se complementan de una manera que parece irreal, funcionan como dos engranajes, están hechos para jugar juntos, pero minho es un completo idiota egocéntrico, quiero decir, tiene su propio nombre tatuado en su brazo, es extraño, pero puedo entender porqué es novio de ryujin, otra idiota con el ego por las nubes. me gustaría que hyunjin notara que ellos no son como él, que ellos no son los únicos que pueden ser sus amigos de verdad, si tan solo tuviera la oportunidad de acercarme y poder hablarle sin querer que la tierra me trague todo sería mejor, mejor para ambos. no estoy loco, sé que hyunjin también quiere ser mi amigo.

con amor, seungmin.

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