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estaba nervioso por algún motivo, no había nada de diferente en su día; cuando despertó su madre estaba en casa, desayunó de manera correcta, tomó el mismo camino de siempre hacia el instituto, la cantidad de alumnos era la misma de siempre y todo, absolutamente todo estaba bien. algo malo pasaría, estaba seguro de eso, pero, ¿qué? ¿qué saldría tan mal como para que el día fuera de esa forma? había millones de posibilidades y mientras más pensaba una nueva se sumaba a la lista casi infinita de distintos problemas posibles en su secundaria, quiso relajarse, no se apresuraría en llegar hasta su salón, pasaría por los pasillos y aprovecharía ese tiempo para tomar algunas cosas de su casillero, quizá hasta se topara accidentalmente con hyunjin y eso haría que el día no fuera tan malo.

los corredores estaban llenos de alumnos, estaban a punto de llegar a ese momento en el cual se dificulta pasar entre tanta gente amontonada en un mismo lugar, siempre era así por las mañanas, los salones se encontraban vacíos y los pasillos llenos porque ningún alumno quería comenzar la jornada escolar, podía comprenderlo, pero personalmente prefería pasar ese tiempo muerto sentado en su lugar del salón, la tranquilidad abundaba allí y podía leer un libro o adelantar apuntes y tareas para más tarde, simplemente era perfecto, aunque cualquier lugar era perfecto sin ninguno de sus compañeros.
pasó entre algunos alumnos, pudiendo reconocer a algunos de ellos, divisó la cabellera naranja de minho, rápidamente sus ojos se movieron hacia su costado, donde hyunjin lo escuchaba atentamente con esa sonrisa que se volvió una marca personal para él, demasiado lindo como para ser real y demasiado tonto como para deshacerse del pelinaranja, bufó por ese pensamiento, con minho ahí delante se le haría imposible avanzar de una forma u otra, se dirigió hasta su reconocible puerta roja e introdujo el código para abrirla, quedándose inmóvil al sentir que fotos, muchas fotos, caían sobre sus pies, su mente se mantuvo en blanco por segundos que parecieron una eternidad, no fue hasta que los alumnos presentes viendo la situación comenzaron a hablar que seungmin bajó su mirada.

hyunjin, hyunjin estaba por todos lados; en sus pies, repartido por el suelo y a metros de él. fotografías del azabache se habían caído desde sus cosas, en el parque, en el baño del colegio, en su casa, no importaba dónde había sido tomada aquella imagen, todas estaban escritas con un corazón junto a las iniciales "h + s", seguidas de unas cuantas palabras de amor, una dulce confesión, un poema amargo.
estaba desesperado, todo el mundo lo estaba observando, incluido entre ellos el modelo de las fotos, el aire no era mucho y el poco que lograba entrar a sus pulmones lo ahogaba, su cuerpo temblaba y no parecía que alguien fuera a ir a su rescate. levantó su cabeza, lo miraban con asco, con rechazo, podía escuchar como murmuraban, como si su vida fuera mucho más interesante.

"vuelve a seúl, acosador."

"un niño mimado y obsesionado."

"que estúpido es seungmin."

"estamos hartos de ti."

"estaba demasiado cerca de él, ¿y si piensa en lastimarlo?"

"que asco, alejate de hyunjin y de todos nosotros."

"¿cómo es posible que sea tan repugnante...?

"matate, a nadie le importa."

se sentía como en sus mismísimas pesadillas, estaba siendo expuesto ante toda persona que pasaba por allí, era prisionero de las miradas, voces que sonaban como las de un juez resonaba por todo su ser, como si no fueran suficientes las ganas que tenía de vomitar en ese momento.
el tiempo se congeló a su alrededor, nada le importaba, no si no se trataba de hyunjin; giró su cabeza buscando la mirada ajena sin quererlo, se temía lo peor y eso había conseguido, el mayor lo estaba observando, pasó su vista por su rostro, luego bajó hacia las fotos y volvió a su rostro, los ojos de medialuna expresaban rechazo, miedo, asco, dándole a entender que no quería siquiera verlo, las mejillas del pelinegro se tiñeron de rojo, seungmin asumió que se debía a la vergüenza del momento, y dio media vuelta en su lugar para irse hacia cualquier otro rincón, minho observó las fotos por el suelo, subió hacia el rostro del castaño e imitó los pasos de su amigo, largandose de ese lugar, ryujin también estaba allí y, para la sorpresa del más pequeño, no parecía tener intenciones maliciosas con ese evento.

todo volvió de golpe a la mente de aquel asustado chico, el aire se le acababa cada vez más rápido, ¿qué mierda estaba pasando en ese momento? todos, al igual que él, estaban asustados, era un mounstro, claro, eso era lo que él se había buscado. un idiota, seungmin, eso es lo que eres.
con fuerza cerró la butaca de metal, provocando un fuerte estruendo que lo aturdió por un momento, al recuperarse corrió, no sabía muy bien hacia dónde, pero sus pies no se detenian, solo quería mantenerse lejos de todas esas miradas inquietantes y de esas bocas que solo lanzaban mierda por cualquier lugar.

estás solo, seungmin.

[ . . . ]

querido diario:

no sé por dónde empezar, creo que ni siquiera puedo describirlo, esta vez es algo realmente jodido. aún sigo temblando y no he podido recuperar mi aire del todo.

empezó esta mañana, cuando abrí mi casillero y algo salió de ahí, cayendo en mis pies y en los alrededores, mi cerebro se desconectó totalmente de lo que estaba pasando, no podía concentrarme en la realidad, cuando finalmente pude mirar de qué se trataba, me encontré con fotos, muchísimas fotos de hyunjin escritas con rotulador rojo encima.

todos estaban en el pasillo, primero miraron las fotos, luego me miraron a mi y nuevamente miraron las fotos.

hyunjin también estaba allí... ese rostro, ese rostro de disgusto con el cual me miró... simplemente dio media vuelta y se fue, no dijo absolutamente nada, pensé en seguirlo e intentar explicarme, pero dada la situación no era la idea más acertada, fue en ese momento que el suelo comenzó a girar bajo mis pies y los susurros se intensificaron como si mi cabeza pudiera subirles el volumen de una forma mágica, todos hablaban como si supieran lo que estaba pasando cuando ni siquiera yo lo sé con exactitud, pronto el aire me asfixiaba y quise romper cada foto que estaba allí, pero lo único que hicieron mis piernas fue correr, terminé por asistir a la clase como si no estuviera al borde de un colapso.

estoy seguro de que ryujin tuvo algo que ver en todo este show, intenté buscarla pero no apareció en ninguna clase, tampoco pude verla en los recesos, desapareció de la faz de la tierra y nadie sabía nada de ella. el resto del día estuve evitando cualquier tipo de interacción social, estar por ahí me daba mucho pánico.

ahora son las cuatro y algo de la mañana, no puedo dormir, hyunjin no responde a ninguno de los mensajes que le envié durante las últimas horas.
no hay nadie, estoy solo.

solo otra vez. solo y con este diario, como comenzó.

con amor, seungmin.

con amor, seungmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora