Capítulo-6

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"Ya veo... cien años" Lei Gong estaba ya sereno, después de "descubrir" el tamaño del Dios Dragón ya nada le sorprendería.

"Bueno, vamos a empezar" El Dios Dragón Azur estaba bastante apurado, hacer un cuerpo desde cero y refinar el alma de Lei Gong usando la suya; este proceso gastaba una inimaginable energía.

Solamente para crearle un nuevo cuerpo aparte de hacer sus huesos y carne, también tenía que hacer sus venas profundas, sus meridianos, y lo más importante, el corazón. Esas partes del cuerpo era lo más delicado y cuando lo hiciera tenía que tener un cuidado y delicadeza extremo.

Cuando el terminara de hacer todo el cuerpo de Lei Gong y refinar su alma, la energía restante que serían de un cinco por ciento; la usaría para mantener este lugar para que, el nuevo cuerpo de Lei Gong se fusionará correctamente con su Alma.

Y el le acaba de decir que pasaría cien años aquí pero, en realidad eso tenía algo incierto y, era que para Lei Gong pasarían cien años pero para el sería un mes, mientras que en el exterior seria un año.

Dejando eso de lado, el Dios Dragón empezó la refinación del alma.

Si cuerpo que era estaba más allá de lo gigante, se encogió apresuradamente en una esfera del mismo tamaño del alma de Lei Gong, los dos tenían el tamaño de dos cabezas de humanos.

El color del alma de Lei Gong era de un rojo profundo, mientras que la del Dios Dragón era de un color Azure.

Lei Gong miró el alma del Dios Dragón, ese color profundo le parecía hermoso, pero el elogio no duró mucho, ya que de momento, esa masa de alma esférica se acercó a la de el y empezó a adentrarse en la suya.

Esta ves, Lei Gong grito del dolor, esto dolía más que cuando le separaron el alma de su cuerpo. Era como si su alma estuviera siendo incinerada por una fuerza externa que aparte de agresiva era muy fuerte.

Y su dolor era justificado, el alma de una persona era como un fino cristal, si una pequeña brisa por más pequeña que fuera le diera, se quebrara y se rompería.

Por eso, cuando los Cultivadores entrenaban su alma lo hacían con extremo cuidado, un mínimo error y se quedarían lisiados en el mejor de los casos, en el peor de los casos morían o se quedarían en un estado vegetal.

El tiempo paso y Lei Gong no sabia hace cuanto tiempo el Dios Dragón había estado refinado su alma, pero lo único que sabia era que ya se había acostumbrado al dolor.

Lei Gong se preguntaba si cuando saliera y por alguna razón le hicieran daño, ¿le dolería?

Mientras más tiempo pasaba más extraño empezaba a sentirse Lei Gong, sentía como su alma empezaba a hacerse mucho más grande.

De momento Lei Gong se desmayó en su consciencia, todo se tiñó de negro. En medio de ese vacío innumerables puntos empezaban a notarse. Lei Gong notó que eran estrellas, que parecían estar incrustadas en el lienzo negro que era el espacio o el universo.

De momento, planetas empezaron a formarse y algunas empezaban a girar alrededor de una estrella.

Esto es hermoso.... pensó Lei Gong, esta vista era magnífica, ver como se formaban las estrellas y después se formaban los planetas, para después formarse las galaxias; se sentía como si fuera un Dios Inmortal.

El sentimiento no duró mucho, ya que de momento un estruendoso rugido se oyó en el tranquilo y silencioso espacio.

"¡ROARRRRR!"

Un fuerte y colosal rugido llegó de la nada, haciendo ondas y deformando el espacio, la fuerza del rugido pasó frente a Sora y destruyó la hermosa vista, las estrellas se achicaron como si estuvieran siendo pisadas por una gigantesca bota, los planetas se inflaron y reventaron en una grandiosa explosión.

ATG: Dios Dragón De La Calamidad Celestial. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora