Capítulo-11

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Después de meditar durante un tiempo, Sora se tranquilizó y, poco a poco volvió a la normalidad. El guardo en su interior toda la rabia y sed de venganza que tenía contra ese hombre y, cuando fuera el momento indicado; el la sacaría toda de su interior.

El quería matarlo.

..

Después de meditar durante una hora, Sora volvió más o menos a la normalidad.

Ahora solo tenía una pregunta. ¿Donde estaba...?

Este lugar parecía ser un mundo donde solo había hielo, miro a su alrededor y noto que estaba en una cueva, arriba en el techo; se notaban los alargados picos de hielo que colgaban y daban la impresión de que en cualquier momento se iban a caer. En las paredes laterales se podía notar que estaban bastante planas, parecía que esta cueva de hielo era algo creado artificialmente y no algo que se hizo de forma natural.

También, Sora inclinó un poco su cabeza y miro el fondo de la cueva, en realidad no veía nada, solo había un fondo negro y no se notaba ningún movimiento.

Pero, eso era para un humano normal. . . A la nariz de Sora le llegó un peculiar olor, el olor en si era bastante desagradable para el, parecía que estaba oliendo los restos de un cadáver en descomposición, y lo extraño era que; un humano normal no podría olerlo inmediatamente, pero cuando entraba por la nariz, el olor persistía y no se iba.

Este parecía ser el olor de una bestia profunda. . . Sora sabía de esto por razones lógicas, el había vivido dos años en una montaña con dos dragones y todos los días tenía que cazar para poder comer, y cuando lo hacía; se encontraba con innumerables bestias profundas, de todos los tamaños, aspectos y olores.

Y este particular olor, el lo había sentido en una bestia antes, se trataba de un gigante de la montaña. Solo que, este gigante vivían en climas cálidos y no en este tipo de lugares donde la temperatura caía bajo los doscientos grados. Un humano normal y un cultivador por debajo del Reino Profundo Naciente - moriría congelado al instante en un lugar así.

Pero aún así, esto a Sora no le daba una buena sensación, sentía que estaba en la casa de alguien. El se levantó lentamente, sus heridas ya estaban empezando a cerrarse por la Médula del Dios Dragón pero, si hacia mucha fuerza o se convertía en un dragón; lo más probable era que se volvieran abrir.

¿Con qué arma lo había dañado ese hombre para que sus heridas se demorarán tanto en sanar...? Sora no entendía eso. Su cuerpo era duro como el acero pero, eso no significaba que no lo pudieran dañar. Pero sus heridas sanarian  mucho más rápido que las de un cultivador en su mismo Reino.

Sacudiendo la cabeza para dejar de pensar en eso, Sora miro hacia la salida de la cueva y se dispuso a caminar.

Ahora solo tenía que salir de aquí y caminar a la deriva hasta que sus heridas sanaran y el pudiera irse de aquí en forma de dragón.

Pero, a la vista de la salida, Sora de momento sintió la tierra temblar y los pasos que parecían ser de un gigante; poco a poco se escuchaban. Parecía ser que esa cosa se dirigía hacia la cueva.

Sora solto un montón de maldiciones internamente, no podía creer la mala suerte que tenía, el no podía pelear ahora mismo. El empezó a retroceder sigilosamente y empezó a adentrarse en la cueva.

Los pasos de momento se detuvieron y con el se detuvo Sora, de pronto un rugido que parecía estar furioso resonó en el aire.

"¡¡Grooooon!!"

El grito era tan fuerte que hacía temblar las paredes de la cueva, incluso hubo algunos picos de hielo que cayeron del techo.

Sora se quedó en el lugar pero, de un momento a otro, sus párpados se abrieron. Sentia que algo caminaba hacia el, y no era la bestia que estaba afuera, no, era la bestia que estaba adentro.

ATG: Dios Dragón De La Calamidad Celestial. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora