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El día paso en un chasquido dejando el turno a la misteriosa y fría noche, en donde los demonios y los cazadores iniciaban su constante lucha para obtener su dominio ante la tierra.
Y pronto se acercaba la batalla final.
La cazadora del aliento de flores doradas se encontraba durmiendo en un futon que le había regalado la mujer de cabello blanco, extrañamente se encontraba tranquila y no estaba teniendo una de sus feas pesadillas.
Pero era algo bueno, necesitaba descansar bastante gracias a su embarazo, le daba todos sus nutrientes a su bebé para que creciera fuerte y sano evitando de que saliera enfermo como ella.
Su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración y sus labios carnosos formaron una leve sonrisa al soñar con sus hermanos y los demás cazadores que había conocido en sus últimos meses.
En verdad los extrañaba, quería estar con ellos pero ese deseo solo lo podía llenar sus sueños, en donde vivía con todos de manera feliz..
Su final feliz, pero las cosas no desearon que fuera así.
Disfrutaba mucho el sueño, ya que normalmente soñaba algo bastante horrible que la hacía temblar a pesar de tener conciencia de que era un sueño.
Soñaba con un lugar desconocido para ella, un lugar que antes parecía ser normal pero que fue convirtiéndose en un infierno al aparecer una niña..una niña de intensa mirada carmesí.
_________ le recordaba tanto a Muzan que le dio un gran disgusto en tan solo verla de lejos.
Pero no era solo ella...había alguien más que pareciera saber que estaba ahí, sabía que estaba observando con impotencia las escenas de crímenes a manos de la chica y parecía divertirse ante su disgusto, alguien que carecía de empatía y que fue consumido por la oscuridad..una pena.
