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P - Pienso pensamientos pensantes

-Sabes? tengo la sensación de que no te agrado mucho - escuchó decir a Alejandro algún día después de regresar de la hora de almuerzo.

Oh, no, no es eso. Eres un gran compañero de trabajo, yo solo... no lo sé, creo que estaba acostumbrada a alguien más - no sabía desde cuando su inseguridad había crecido tanto.

-Entiendo, extrañas a tu antiguo compañero - declaró Alejandro, por primera vez su mirada no era tan dura y controlada como siempre.

-Yo no lo extraño - soltó Gaby, muy a la defensiva. No planeaba decirlo así.

-Claro - atinó a decir, y se volteó de vuelta a su trabajo

-Es decir, era un gran compañero, pero no es como que lo necesite, ni él a mí. Bueno, yo lo llevaba a casa después del trabajo, quiero decir, íbamos juntos, no nos quedábamos juntos, ni nada, yo solo lo llevaba y era todo, a veces comíamos algo, pero normalmente yo iba a casa a cenar y él, bueno supongo que cenaba en su casa, y yo en la mía, y así, pero ya no lo he visto, y parece raro, yo sé, pero no era raro, solo éramos amigos, antes, ya no, bueno eso creo... no, ya ni somos amigos - las palabras tan rápidas y torpes sin sentido saliendo de su boca.

-Lo bueno que no lo extrañas - dijo sin más. Sin burla, sin humor. Solo un comentario al aire.

Gaby no dijo más nada. No tenía nada más que decir. Se suponía que no debía extrañarlo. Que no debía necesitarlo.

Se suponía.

Siguió trabajando. La noche llegó rápido. Se fue a casa. Quería dormir y no despertarse jamás.