-Entonces se supone que debo quedarme aquí por mi propia seguridad – concluyó Gaby tras escuchar la larga lista de pros y contras que Villamil termino por escribir en el pizarrón que tenía en su casa.
-Básicamente – le respondió Villa guardando el señalador que había usado para exponer su punto.
-Sabes que no tenías que hacer esa estúpida presentación, ¿verdad? – se burló Gaby por fin levantándose del sofá.
-Hey, no es estúpida, es útil, explicativa, didáctica, y como yo fui quien la hizo, también es asombrosa – ya sabrán el modo en que lo dijo.
-Que humilde.
-Toda la vida.
-Y bueno, tras tu breve exposición de 17 minutos, ¿tienes algo más que agregar? – le preguntó mientras buscaba su suéter.
-No, nada...- intentó mantenerse callado, sus cachetes inflados intentando contener lo que tenía para decir - ...aunque – salió como un hilo de voz.
-Ay, por favor cállate – se quejó cómicamente Gabriela que se dejó caer de nuevo en el sofá.
- Ya no aguantas nada, te estas volviendo vieja – se quejó Villa tirándose a su lado en el sofá – ¿Recuerdas lo que es la diversión? – cuestionó recargando su espalda contra el hombro de Gaby.
-Si, lo recuerdo, soy una persona muy divertida – era una mentira, pero no iba a dejarlo ganar.
-Pruébalo, ¿qué es divertido para ti? ¿Chistes? ¿Juegos con cartas? ¿Programas de cocina? Algún... - el sonido de un trueno no lo dejo terminar, Villa saltó y terminó sentado literalmente sobre el regazo de Gaby, sus ojos cómicamente abiertos por el susto. Gaby soltó una carcajada – hey, no es gracioso – sonaba entre apenado y aunque quisiera negarlo, divertido.
-Lo es, en serio deberías ver tu cara – se burló y terminó secando una lagrima de risa que se asomaba por su ojo.
-El miedo de las personas no debería de ser gracioso – Villa frunció el ceño – tú no eres normal, un trueno asusta a cualquiera – se quitó de encima, pero se recostó sobre sus piernas, Gaby sin darse cuenta le terminó acariciando el pelo.
- Soy mamá, ¿Lo olvidas? No se supone que les tenga miedo a los truenos – un corto silencio se expandió antes de que ella prosiguiera – ya no soy más esa chica asustadiza que se aferra a lo primero que encuentre con los truenos – hubo una sombra en su voz.
-Creo que hay una historia detrás – dedujo Villa.
-Si, solo, no quiero hablar de ello – su mano abandono el cabello de Villa y fue a su propia barbilla, si hubiera habido un poco más de luz quizá Villa abría notado lo cristalino en sus ojos, pero estaba lo suficientemente drogado por el inocente toque como para perder sus sentidos.
-Entiendo... - de nuevo se contuvo para no decir algo estúpido. Fracasó - fue un chico, ¿no? – se arrepintió en cuanto se escuchó a si mismo decir eso.
-Dije que no quería hablar de ello – repuso ella, molestia en su voz, ese tono heló todo el cuerpo de Villa.
La tenía dos opciones, ser estúpido e insistir, o inteligentemente pedir una disculpa y dejar el tema, y como todos sabemos, Villa es virgo y obviamente tenía que cagarla. Siguió insistiendo.
-Entonces si fue un chico, ¿fue tu novio? – lo siguiente que sintió fue el suelo, Gaby lo había aventado del sofá al ponerse de pie.
-Vete a la mierda Juan Pablo – esa frase llevaba mucha más furia de la que debía, en especial la parte de "Juan Pablo"
-Gaby. esa no es la solución a todo – le dijo aún sentado en el suelo, ella se detuvo en seco – huir no te dejará nada... está bien, me equivoqué, no debí insistirte, solo que no se nada sobre ti... solo creí que... - fue interrumpido.
-El papá de Martín – dijo seca aun dándole la espalda – yo siempre actué como si necesitara que me protegiera, que tontería. Ya no lo hice más después – termino sin mirarlo.
-Entiendo – no supo que más decir.
-No, no lo entiendes – esta vez lo miró sobre su hombro - nunca lo vas a entender – tomó un respiro e hizo como si sacudiera algo de su ropa. No había nada que sacudir. Quizá metafóricamente se sacudió la vergüenza. Iba a moverse. En serio iba a hacerlo. Quería hacerlo. Pero sus pies simplemente no le siguieron el juego.
Estaba congelada ahí, literalmente, sin poder moverse y con el cuerpo helado, su cerebro pensando en su vida, lo horrible que era, lo tormentosa que se había tornado y lo espeluznante que seguiría siendo, en eso sintió un calor, un calor ajeno, era Villa abrazándola por detrás – Esta bien, no tienes que pelear siempre sola – le dijo.
-Y ahora estás haciendo lo mismo! – su tono con una histeria pura – No, no, no! ¡No te dejaré, eres igual a él! ¡No te necesito, no necesito a nadie! ¡Todos los hombres son nada más que basura! Mi vida ya está suficientemente arruinada como para dejarte arruinarla más – terminó en la puerta abriéndola inútilmente.
-Gaby... cálmate, solo quería ayudar – su tono tan calmo como le fue posible.
-No quiero tu ayuda... no necesito tu ayuda – hubo una pausa – todos se van, siempre lo hacen – esto último fue más un susurro interno que verdaderas palabras.
Ella se marchó, así sin nada más, afuera ya no llovía, la luz tampoco había regresado, pero no importaba. El atardecer en el cielo haciéndose notorio.
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Fiksi PenggemarVilla, es un hombre que trabaja de ingeniero en una empresa, tiene mala suerte en general, su suerte: Enamorarse de una mujer con un hijo, ¿Qué más da? Amor es amor y la quiere con todo y todo. -Actualización diaria