Temporada 2

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"Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti mismo a través de mis ojos.
Solo entonces te darías cuenta, de lo importante que eres para mí. "

01

Tocaron la puerta, apenas Tiago escucha los golpes se despierta, me da un pico y vuelve a apoyar su cabeza en mí pecho y dormir sobre mí, otra vez. —Arriba que ya es tarde — no sabía ni la hora, pero intenté despertarlo haciéndole mimos en su cabecita. —No quiero, amor, déjame dormir — rezonga mientras me abraza con más fuerza aún.  —Dale, gordo, a las cachetadas te levanto — traté de lograr salir de su abrazo.

—Abran loco, que están haciendo. Miren que recién empieza la tarde como para cojer —  escuché una voz, enseguida la reconocí, Lombardo estaba en la casa. ¿Le habrán contado lo nuestro? —Tiago, déjame abrir la puerta, si querés quédate aca. —  Me soltó quejándose aún y fui directo a la puerta, no importa que tan desarreglado este.

— Que onda bro, ¿estás con Tiago? —

— Si, ¿ya te fueron con el tema? — contesto mientras me acomodo el pelo y viendo a Tiago un poquito de reojo. — Obvio. Igual, son re linda pareja —

— Gracias Mauro, anda para abajo que todavía duerme y ya lo levanto —  Propuse mientras cerraba la puerta dejando a vista mí cabeza y señalando con la vista hacia las escaleras en forma de indirecta. — Bueno che, ya entendí, anda a besuquear con el pibe — Cerré rápidamente y me tiré al lado de Pacheco llamándolo por su apellido justamente. — Levántate que vino Mauro — excuse susurrando en su oído
Ni se movió, entonces comencé a darle algún que otro besito al rededor de su cara y tampoco obtuve alguna respuesta. Lo hacía a propósito.

— Tiago Uriel Pacheco, levántate que es re tarde. No hagas quedar mal, vago — me enoje cruzándome de brazos ya sentado.

— Amor, que ortiva sos, te ves tan lindo enojado que te re comería a besos. Además, ¿que tiene Lombardo qué tanto querés ir? — dio por fin señales de vida mientras  acostaba su cara sobre mis piernas mirándome a los ojos.

— ¿Además qué? vos qué te pones celoso por Lombardo, inútil. – respondo haciéndome el ofendido y alejando la vista a él.
No respondió, se sentó frente mío y su respuesta fue un beso. No podía caer tan bajo, no me podía negar a sus besos, a sus labios. Me encantaban. Estaría millones de horas así junto a el.

— Mira que fácil se te convence, ahora dale, vámonos abajo ya que tanto querés — se separó dejándome con las ganas, le pegue y me volví a cruzar de brazos. — Sos re trolo, así no se vale —


Se "vistió" supuestamente, solo se había puesto otra remera, un buzo, se peino y ya, estaba cambiado para el.

Yo no hice lo mismo, estaba re bien ya.

Agarro su celular, me dio la mano y bajamos. Todos, pero absolutamente todos, estaban abajo en la sala matándonos con la mirada.

—Que onda, como están los giles — me soltó la mano y saludo a los demás.
Enzo viene por detrás y me dio pequeños golpecitos sobre mí espalda. —Que paso gato, ¿costo levantar al bebé? — bromeaba, a lo cual yo lo miro y le digo que si con la cabeza. Me fui a sentar con el al sillón. Me crucé de piernas, pase mí brazo atrás de la espalda de Sauthier y miraba a Tiago mientras estaba con Mauro.


– Mauro, si lo seguís mirando así medio mundo se va a enterar de tus celos — jodió  Mari susurrando.
— Que decís, no estoy celoso — saque mí brazo que estaba detrás de el otro automáticamente y me crucé de brazos mirando a María.

— Pues no se nota que digamos, solo mirabas a tu noviecito fulminandolo con la vista —

– deja de inventar – contesté

[…]

Salimos con Tiago a caminar, para que se pasarán los minutos. Lo espere y fuimos a donde sea.
Se pone la capucha y sus manos en sus bolsillos, parecía como si no quisiera que lo reconozcan. — ¿Todo bien, Tiago? —


— Si, Mau. No pasa nada –—

Disimule que no me preocupaba y seguí nuestra caminata, que este noviazgo sea todo secreto u oculto me abruma algunas veces.
Dimos algunas que otras paradas por locales, era una salida especialmente para los dos. Excepto que estaba medio dormido, o sin energía.

Hacia lo que fuera por qué el este de mejores ánimos, poco a poco lo lograba. Me ponía tan feliz verlo bien.

Cuando los dos ya estábamos arrastrando los pies sobre el piso, debido a tanto caminar, frenamos para sentarnos.
—Te amo, ¿sabías? — dije desviando la mirada hacia mí derecha.

— Yo más, pero en secreto — bromeo mientras se le escapaba una risita, pero a mí no. — Perdón, mala mia. —


— Sigamos caminando, dale — me pare y lo ayude a el a hacerlo, ni moverse quería.

[…]

(Mauro) > Habíamos llegado cansados. Estuvimos mucho tiempo afuera caminando.
Tiago se saca el buzo y lo tira a cualquier lado, arrastrando las suelas de su zapatillas, se dirigía al sillón nuevamente dónde estaban todos los que se juntaron hoy por la tarde.

Nos quedamos todos ahí, viendo una película, Él al lado mío, obviamente, y Enzo del otro.

En mí opinión, me disgustaba esta película.

— Miren al otro, se quedó muy dormido — desvié la mirada del televisor y vi a mí colorado quedarse dormido cruzado de brazos con el cuello apoyado en el sillón, mirando al techo.

No sabía que hacer, si llevarlo a la cama suya, a la mía o dejarlo ahí, tirado.

— Que alguien lo lleve, pobrecito, capaz no durmió bien — apareció María y antes de que me ponga rojo hablé enseguida. — Lo llevo yo. — Intento que se despierte y que se pare, le ayude a subir las escaleras y antes de que hablara yo, el lo hizo por mí.
—Llévame a mí cama, por favor — suplicó con los ojitos achinados, sin poder ver y accedí. — Gracias Tiago, quedé exhausto después de caminar, te amo. — dijo antes de darme la espalda y dormirse.


— De nada, te amo — acaricie su mejilla, le di un beso sobre ella y me fui con los demás.

[<3]

&quot;Solo Por Vos&quot; ; LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora