1 semana después, Jimin se encontraba ya trabajando, aunque era pesado todo lo que tenía que hacer, no podía sentirse más agradecido por la oportunidad y por hacer lo que amaba.
Aquel día no estaba tan lleno el restaurante del hotel, pero se esforzó incluso más que siempre.
Por la puerta del restaurante entraba un rubio con su jefe, habían venido aquel hotel a comer ya que sabían que un nuevo chef estaba cocinando y que tenía unos ricos platillos.
En la mente de Hoseok aún seguían los recuerdos de aquella noche, incluso volvió a ir cada día a esa parada con la esperanza de ver al pelinegro, pero todo fue en vano, era como si se lo había comido la tierra y lo había escupido lejos de él.
Luego de pedir la comida, comenzaron hablar de negocios, proyectos y mucho más. Cuando la comida llego y ambos comenzaron a probarla, él no pudo negar que el sabor le era familiar, como si ya antes lo había probado.
Si el rubio supiera quien se encontraba detrás de esos platillos.
Su jefe no pudo negarse a llamar al chef que había preparado la comida, ya que quería agradecerle y quizás hacerle la propuesta para que realice algunos platillos en sus próximos eventos.
Jimin por otro lado, estaba feliz, la gente comía con gusto lo que preparo y supo que todo valió la pena, aparte que un cliente importante lo había llamado para felicitarlo en persona.
Así que arreglo su cabello, se puso perfume y salió para recibir aplausos.
Eso alimentaba su ego, sin duda alguna.
Pero su cara cambio cuando lo vio de nuevo, pero mejor que aquella noche, su cabello rubio peinado pero desordenado, su ropa de colores que jamás podría faltar en él, su sonrisa y sus ojos que lo miraban con un brillo especial.
Sus pasos se hicieron lentos, como que no quisiera llegar a la mesa, pero la vida lo odiaba y cada vez estaba más cerca de ella y del rubio.
Hoseok estaba feliz, confundido, nervioso, pero sobre todo feliz, volver a verlo con su traje especial de chef, con sus cabellos rebeldes escapando de una coletita que había formado, era simplemente él.
-Buenas tardes, me dijeron que me llamó para comentarme algo –Hablo con voz segura y una sonrisa encantadora.
-Claro, soy el señor Bang y soy un cliente muy fiel a este restaurante, realmente me encanto sus platillos –Jimin sonría mientras daba una reverencia.
-Es un placer servirlo y que haya disfrutado lo que hoy comió, realmente me hace muy feliz –Le dio una rápida mirada al más alto y se volvió a concentrar en el cliente.
-Espero contar con sus servicios en el futuro, para mis eventos –Jimin asintió y luego de un rato más se fue.
Respiro, claro que lo había hecho todo este tiempo, pero lo hacía mientras juraba no poner nervioso mientras estaba delante del alto.
Luego de algunas horas al fin había terminado sus horas de trabajo, eran casi las 18:00 de la tarde y salió por la puerta de la enorme cocina del prestigioso hotel.
Sin esperar aquella sorpresa.
El rubio estaba apoyado a una pared mientras fumaba un cigarrillo, aquella adicción que no podía dejar, aparte de Jimin.
Lo había esperado todo ese momento, mientras divagaba en si estar ahí, irse, olvidarse del pelinegro, etc.
Pero tenía claro su propósito.
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UNA VEZ MÁS もう1回 ;; HopeMin
FanfictionJimin regresa a la ciudad de Seúl y lo primero que se encuentra es a su ex, haciendo que ambos recuerden sus días llenos de amor. .