Capítulo 17

847 144 7
                                    

Mo Ran tomó una porción de arroz con sus palillos y la llevó a los labios de Chu Wanning con aprecio.

Por su parte, un poco avergonzado, Chu Wanning comía de la comida que su contrario le daba, a pesar de que había dicho que no era necesario, incluso intentó mostrarse molesto, diciendo que no era un niño para que le dieran de comer en la boca cuando aquel gesto le había parecido tierno y agradable.

Además, sabía que por mucho que se resistiera, Mo Ran terminaría haciendo lo que le diese la gana, así que solo lo dejó estar.

—Mañana vendré a llevarte a tu trabajo —prometió Mo Ran, y Chu Wanning negó con la cabeza.

—No es necesario, ¿Para qué quieres llevarme?

El menor soltó una pequeña risita, acercándose a Chu Wanning para besar sus labios.

—Quiero verte más a menudo.

Chu Wanning suspiró, rindiéndose ante este hombre terco.

—Traje  vino de pera —murmuró Mo Ran.

Chu Wanning pareció indeciso en si tomar vino o no, debido a que el menor había dicho que tuvo problemas con el consumo de sustancias alguna vez.

—Bebe conmigo.

No pudo negarse cuando Mo Ran sacó una botella de vino y trajo consigo dos copas que llenó hasta el borde.

Quiso detener al menor, pero Chu Wanning fue lento, mirando cuando Mo Ran tomó de un sorbo todo el contenido de la copa.

—Está bien —rió Mo Ran—. No tengo mucho autocontrol pero estoy siendo consciente, de todos modos, te prometo que no volveré a beber a menos que sea una ocasión especial —murmuró levantando su mano con honestidad.

Jamás fue a un centro de rehabilitación para dejar de consumir algún tipo de sustancia, fue por mera voluntad, y por lo tanto, no tenía planeado volver a esa vida tan tóxica e insana que llevaba.

Chu Wanning por su parte, se llevó la botella a su lado para cuidar de la cantidad que Mo Ran ingiriera.

Se tomó su copa y en seguida se sirvió otra, bebiéndola con rapidez.

—¿Con cuántas copas te sientes ebrio?

—Hace mucho que no bebo, así que supongo que no con muchas.

Chu Wanning asintió, y sirvió poco más de la mitad de la copa de Mo Ran.

No sabía de dónde había salido esa inquietud de Mo Ran por beber, pero si estaba ahí, entonces Chu Wanning cuidaría de ese hombre y le daría el placer de poder beber con una cierta medida.

A las dos copas, Mo Ran no parecía ansioso por más, de hecho, solo miraba a Chu Wanning, mientras sostenía su mentón con su mano apoyada en la mesa.

—¿Qué? —pidió saber Chu Wanning sintiéndose avergonzado por la forma en que Mo Ran lo observaba.

—Nada —suspiró—. Veo a una belleza.

Chu Wanning apartó la mirada, mucho más avergonzado que anteriormente, tomando de un sorbo otra copa de vino.

Mo Ran por su parte, rió enternecido por esa reacción.

—Wanning —deleitó decir su nombre el castaño—. ¿Puedes servirme otra copa?

El mencionado se sirvió a sí mismo y luego le sirvió a Mo Ran, mirando sus reacciones. Todavía no adquiría un color rojizo en sus pómulos, por lo que había permitido otra copa.

Tras beber el contenido lentamente, Mo Ran observó su copa con detenimiento.

Si Chu Wanning supiera que había querido beber para decirle que su compañero de trabajo con quién parecía llevarse bastante bien, era su ex esposo, y que había decidido beber para no sentir tan fuertemente ese rechazo obvio que le daría Chu Wanning porque Chu Wanning siempre era muy correcto, no sabía lo que este pensaría.

—Otra, por favor —pidió como un niño pidiendo otro caramelo.

Un poco de copas más después, Mo Ran parecía ya un poco ebrio. No había un gran sonrojo, pero hablaba de manera pausada. El efecto ya empezaba a notarse.

—Has bebido el doble de lo que yo he bebido, ¿Cómo es que sigues como si nada? —frunció el ceño Mo Ran.

—Tengo una buena resistencia al alcohol

—Oh... Resulta que Wanning es un ávido bebedor —rió.

Chu Wanning sirvió una última copa para Mo Ran, y este se la bebió de zarpazo.

—Otra.

—Es suficiente para ti.

Mo Ran tomó la manga de Chu Wanning como un niño, incluso hizo pucheros.

—Solo una más, ¿Si?

Se acercó más a Chu Wanning, besando todo el rostro de este.

—No.

Mo Ran sacudió el brazo de Chu Wanning implorando porque le diera una sola copa más, actuando tan infantil y tan adorable, que Chu Wanning bebió casi todo el contenido restante de la botella, y sirvió una última copa, de ese modo, al más alto no le quedaría más remedio que aceptar no beber más vino.

Mo Ran contento, bebió el alcohol y prosiguió a abrazar a Chu Wanning.

—¡Eres increíble!

Era la primera vez que alguien le decía esas palabras.

—Ya estás ebrio, así que vete a dormir. Toma un taxi.

—Mh... No quiero. Quiero besarte, ¿Puedo?

Chu Wanning ni siquiera tuvo tiempo de responder cuando Mo Ran lo besó.

Inició siendo un beso tierno y suave, que poco a poco se fue transformando, volviéndose más profundo, más rudo.

Las manos de Mo Ran acariciaron los costados de Chu Wanning suavemente, pero también apretaba y pellizcaba esa zona, logrando reacciones eróticas en el mayor.

—Te quiero hacer muchas cosas hoy —susurró en el oído de Chu Wanning.

El aliento de Mo Ran era cálido, y pudo percibir la fragancia del vino. Chu Wanning se sintió embriagado de repente, y no por alcohol, sino por ese hombre terco y adorable en partes iguales. Mo Ran le hipnotizaba, le embelesaba, le encantaba.

Mo Ran se deshizo de la ropa superior del mayor, abrazándolo y pegándolo más a sí mismo.

Se levantaron y caminaron hasta la habitación de Chu Wanning donde Mo Ran retiró la ropa restante de Chu Wanning.

Besó su cuello, escuchando de fondo los deliciosos suspiros que dejaba salir Chu Wanning.

Su mente se había nublado, ya no quería decirle a Chu Wanning sobre Shi Mei. No quería pensar en eso, solo quería llenarse de Chu Wanning.

Se quitó su propia camisa, dejando al descubierto su abdomen trabajado, y rápidamente también se deshizo de su pantalón y su ropa interior.

Prosiguió a preparar a Chu Wanning, jugando con todo su cuerpo. Lo mordía, lo besaba, lo lamía, y Chu Wanning lo disfrutaba.

Se introdujo en Chu Wanning, inclinándose para besarlo mientras esperaba a que se acostumbrara un poco a su intromisión.

Enredó su mano izquierda con la mano de Chu Wanning, sonriéndole con ternura.

Se movió lentamente, queriendo disfrutar del interior del castaño, totalmente extasiado.

—Chu Wanning, te quiero —dijo de repente, jadeando, gimiendo, gruñendo.

Chu Wanning miró los ojos se Mo Ran fijamente, intentando encontrar un deje de mentira en ellos.

Incluso si sabía que Mo Ran no estaba mintiendo.

—Yo también te quiero.

Pésimo Falaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora