𝘦𝘷𝘦𝘳𝘺𝘣𝘰𝘥𝘺

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“Gracias. Hacía tiempo que no me divertía”

“Yo igual. Hagámoslo otra vez. Ven cuando quieras, Ikari-kun

“Sí... Por cierto, ¿quién eres?”

“Soy Kaworu. Kaworu Nagisa. Soy un chico atado por el destino, igual que tú”

Otra vez confundió las teclas e hizo que el piano soltara un sonido molesto

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Otra vez confundió las teclas e hizo que el piano soltara un sonido molesto.

Shinji suspiró por lo bajo, algo decaído.

Desde hacía ya unas semanas que sus días se limitaban a estar encerrado en su cuarto y luego ir a practicar con el piano (también intentaba hablar con Ayanami, pero las pocas veces que la veía las respuestas de la chica no eran más que monosílabos). No le molestaba tocar, era entretenido y al menos durante esas horas podía no pensar en nada.

Pero siempre llegaba a un punto en el que fallaba y aquella burbuja se rompía. Solo era una simple desmotivación por equivocarse, que terminaba por hacerle recordar que, sin importar cuanto lo intentara o se esforzara, terminaba por arruinarlo todo siempre.

"A partir de ahora, no harás nada".

Las palabras de Misato y Asuka aún resonaban en su cabeza. Estuvo 14 años dormido dentro de la Unidad 01, y todo su mundo había cambiado. No había nadie que confiara en él ni que le explicara que sucedió, no le quedaba nada, incluso le pusieron esa gargantilla que podría matarlo en cualquier momento. La ansiedad lo carcomía vivo, incluso más que aquellas veces en la que lo obligaban a subirse al EVA.

No sabía que hacer ni que pensar.

Pero al menos había logrado salvar a Ayanami, por mucho que intentaran engañarlo con que ella ya no existía.

Todo era tan confuso...

—Vuelve a intentarlo—la voz a su lado llamó su atención, sacándolo de sus propios tortuosos pensamientos.

Kaworu lo observaba atentamente sentado junto a él, esperando que retomara la melodía que estaban tocando hace apenas unos segundos. Su mirada era igual de calmada y suave que siempre; Shinji trató de fingir una sonrisa.

Él era otro de los motivos que tan nervioso lo ponían.

—No creo servir para esto—admitió el castaño con su recurrente pesimismo—. Siempre cometo los mismos errores.

—Todos cometemos errores, es parte esencial para aprender algo nuevo. Mientras más practiques, mejor lo harás.

A veces envidiaba un poco lo optimista que podía ser el albino, como siempre buscaba el lado positivo de todo, incluso en él. Y no comprendía porqué se comportaba de esa manera con él en particular, cuando apenas se habían conocido hace unos pocos días; sabía que ambos tendrían que pilotear un EVA juntos y debían sincronizarse correctamente, pero eso no explicaba el trato tan agradable y atento que el chico más alto le brindaba.

Born to remember youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora