Valeria Martín © [✓] [EN PROCESO]

Prólogo.

Recuerdos, todos me carcomían. La soledad mi mejor compañía, poco a poco me fue consumiendo la depresión, nunca supe lo que era la ansiedad, hasta que me dí cuenta de que sufría de ella.

Poco a poco me destruía y nadie lo notaba, hasta que me ví totalmente consumida.

Mi memoria falla constantemente, solo tengo vagos recuerdos de mi niñez. Mi vida hasta este momento no ha sido muy fácil, todo siempre suelo sobrellevarlo. Suelo vivir aprobando cosas que en realidad no quiero, ser sentimental quizás sea mi debilidad, suelo apegarme a cosas y personas, que para olvidarme de ellas es muy frustrante y difícil. Nadie nace eligiendo su vida, su familia, y su destino. Todos venimos por un propósito, unos diferentes a otros.

Solemos ser criticados por las personas que más amamos, es frustrante oír como personas importantes en tu vida se burlan de tí, vivir de sueños es casi difícil, viví ilusionada casi toda mi corta vida. Pensando, analizando, sobrellevando muchos cambios en mi vida. No sé exactamente qué pasa conmigo, que falla ocurre en mi, escucho voces, suelo hablar conmigo misma, lloro en algunos momentos, para luego sonreír, suelo olvidarme de muchas cosas, que luego se convierten en vagos recuerdos. Suelo tener sueños en donde veo cosas que luego suceden, quizás sean presagios, o es mi mente jugando conmigo nuevamente, como siempre termina haciendo, la mayoría del tiempo.

Me paso casi toda la cantidad de tiempo, investigando sobre enfermedades mentales. Uno con la cuál me identifico, es la depresión y la ansiedad, no se que otra más tenga, porqué sé muy bien que estoy dañada. Nunca pensé encontrar una persona que me entienda, hasta que lo conocí a él, sus ataques, su frialdad, su serenidad, su indiferencia, y su alma. Llegué a conocer profundamente su ser, a descifrar cada misterio en él, llegué a un punto a comprender su frialdad y seriedad, cosa que se debilitaba cada vez que yo estaba a su lado. Al igual que yo cuando estaba cerca de él, juntos éramos una tormenta de dudas y misterios, una tormenta de tristezas y soledad, éramos la pieza faltante del otro y juntos hacíamos el mejor paisaje que se pudiera contemplar.

Lastima y ambos somos dañinos, por lo cual a pesar de disfrutar de nuestra compañía, y la pasión que impregnaba el aire que nos rodeaba, tuvimos malas decisiones como todos en este mundo, pero lo nuestro creaba caos y eso fue lo que acabó el pequeño sueño en el que nos encontrábamos sumergidos. Nunca pensé sufrir algo tan simple como una ruptura, es algo fácil de oír, es estúpido llegué a creer yo, hasta que lo conocí a él, todo se volvió tan difícil después de eso, hasta respirar, todos los días lucho por no olvidarlo y... Mi subconsciente borra informaciónes importantes que tuve, y pude experimentar a su lado, ahora son recuerdos vagos, y solo recuerdo los días de frustración, de ansiedad, de desespero, de... Lágrimas, de dolores de cabezas, de faltas de aires... De pensamientos...

Valeria Martín.