Tercera y Cuarta carta

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28 de agosto de 2016

La toga azul marino adornaba a cada estudiante de la sala A3, está correspondía a los graduados de comercio, en las demás salas esperan por graduarse los demás alumnos de la universidad, si bien no era mi primer graduación, pero era igual de fascínate.

Toda mi familia estaba presente en aquella sala, me habían elegido para dar el discurso de graduación, si bien no era el mejor estudiantes, era el más amado.

Zayn aún no llegaba, pero sabía que lo haría, él lo prometió.

El taburete de madera tenía tallado el escudo de la universidad, unos bordes dorados caían de la manta que revestía sus lados, Mis uñas marcaban la madera al presionarlas sobre ella por la ansiedad de cometer algún error.

Recuerdo que cuando llegó el momento de dar el discurso, busqué su mirada, él sonreía desde su asiento, suspiré de alivio y emoción al verlo tan elegante con un ramo de flores.

-Elegir un camino significa tener que perder otros. - lo miré a los ojos y el café de su mirada me aferró a la vida.

Los adultos proclamaron el final de la ceremonia, tengo grabado este momento, baje del tribunal y corrí hacia él, sostuvo mi mundo en un abrazo, tomo mis mejillas y pidió que lo acompañará a la sala siguiente, donde Niall se estaría graduando, yo asentí con voz queda, mi familia nos acompañó en silencio.

El rubio también dio el discurso de su generación, su rostro se ilumino al verlo llegar.

Cuando todo termino, el joven bajo y antes de que él llegara a nuestra fila, Zayn se arrodilló, Zayn Malik le pidió matrimonio.

El rubio sello su destino y el mío, en una palabra. Y lloré porque yo quería ser el amor de tu vida

Aún sino me agradaba ya no tenía que objetar, Paulo Coelho una vez dijo "Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor," pero entonces ¿yo no podía interrumpir la suya, aun cuando él no permitió que mi historia comenzara? ¿Dime eso es justo?

Pronto los aplausos fueron escuchados en la habitación, Zayn se disculpó por no ir a celebrar conmigo y yo me disculpé por no poder estar en la fiesta de su compromiso.

Mi madre y padre no dijeron nada durante el viaje a casa, Las miradas de condolencia se hiciera lucir por los espejos del automóvil, no me detuve a pedir ir comprar un regalo de compromiso para mí mejor amigo.

Esa noche volví a pintar, como todas las anteriores, como las noches en que los veía ser felices.

una botella de vino blanco sobre mis labios era delirante, fume un poco, y el viento me ayudó a creer que podía volar, estire los brazos cual Peter pan, pero el viento mismo recordó quien era, el aire frío se coló por mis recientes pinceladas y los estragos del día se presumieron detonantes al dolor. Tome los pinceles, seque la pintura y jure nunca más crear una galería.

La noche fue dura, mis manos flaqueaban y yo moría en tu ausencia. Pensé en dedicar la noche entera en buscar una frase digna del libro que jamás te regalé.

Pero entonces lo llamé, Cillian respondió perezoso, esa noche hablamos de nada, confesó ser atrevido al darme su número telefónico, ambos reímos en acuerdo, me sentí tranquilo en muchos meses.

Su voz fue cautivadora, sus palabras despegaron mi mente, sus comentarios fueron genuinos.

- ¿Hola? - Cillian habló

-hola- digo dudativo. - soy Louis.

- ¿Louis? - pregunto sin comprender

¿El chico de ojos azules? ¿Sabes, olvídalo? creo que fue un error llamarte. - estaba decidido a colgar hasta que Cillian respondió.

I never thought we'd have one last kiss- ZouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora