C de CALMA

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El capitán Levi se encontraba moribundo entre matorrales.

Más que dolor sentía ira al no haber sido más cuidadoso.

Todo dentro de él (y también fuera) era un completo caos.

Había tenido la oportunidad de matar a Zeke pero la había desperdiciado y ahora se encontraba al borde de la muerte debido a una lanza relámpago que detonó casi en su cara.

¿Acaso este sería su final?

¿Así es como hiba a morir el soldado más fuerte de la humanidad?

La palabra imbecil se repetía una y otra vez en su cabeza doliente. La noción del tiempo se había perdido y sólo esperaba la conclusión de su muerte hasta que unas cálidas manos lo envolvieron y eso fue suficiente para aferrarse de nuevo a la vida.

—¿Levi?.— esa era la voz de su comandante, la voz de su Hanji...

Daba gracias a cualquier ser divino que haya enviado a ese ángel a su lado.

A lo lejos se escuchaban otras voces pero las manos de ella nunca lo soltaron y terminó por llevárselo consigo al agua.

(...)

—Ya se han ido.— habló nuevamente —Me sorprende que aún estés vivo...

Claro que estaba vivo... Aun tenía una promesa que cumplir...

Él aun era el soldado más fuerte de la humanidad...

Y ella... Ella era el ángel del soldado más fuerte.

Sintió como las manos mágicas de Hanji limpiaban sus heridas...

¿Qué había hecho él para merecer tanto de ella?

¿Algún día podría agradecercelo?

Aunque estuviese medio inconsciente podía escuchar el sentir de su aliada...
Cómo su corazón afligido bombeaba con fuerza dentro del pecho...

Cuanto quería hacerle saber que él estaba bien, que las heridas no eran nada si ella estaba a su lado...

El hecho de que su ángel estuviera bien era lo unico que importaba...

—Deberíamos vivir juntos aquí; ¿Cierto Levi?...

¿Vivir juntos...?

Lo único que deseaba era decir "Sí"... Pero el peso de los caídos recae en su garganta...

La idea de vivir en paz no le sabe mal pero; ¿A que costo?

Jamás se perdonarían el abandonar a los demás... Hanji no podría, esa mujer no se quedaría quieta aunque se lo pidiera ¿Porqué ahora si? ¿Qué había cambiado?

La extrañez que albergaba su corazón al estar cerca de ella se volvió más intensa pero así no sabía lo que significaba...

—Qué queda si nos quedamos y nos escondemos...

¿Qué otro consuelo le podría dar?

Más importante aún;
¿Le estaba dando ánimos a ella o se estaba animando así mismo?

—Oh... Me estabas escuchando...

¡Claro que te estaba escuchando, tonta cuatro ojos...!

No puedo...

No podemos...

Aunque no quiero renunciar a esos deseos, debo hacerlo...

Aún con el mundo cayéndose, el solo hecho de estar a tu lado me da paz...

Siempre a sido así; misiones, tus experimentos, las exploraciones, lo único que me daba calma era saber que tu estabas bien...

Aún al borde de la muerte, el sentirte a mi lado trae paz a mi alma...

No importa lo que pase, voy a cuidar de ti por que eres todo lo que tengo...

Nos reuniremos después del desastre al igual que siempre, tomaremos té y te escucharé parlotear por horas...

Hanji... Es una promesa... Mi ángel...

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