Cuatro

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El me llevó de a rastras de vuelta a la casa.

—¿Por qué hiciste eso?— Siseé.

—No puedes salir a ningún lado sin mí.— Espetó, la rabia se acumulaba en él.

—Así que, ¿soy tu mascota ahora?

—Es por tu seguridad.— Me informó, calmándose un poco.

—Puedo cuidar de mí misma, ya sabes.

—No puedes.— Tomó una pequeña pausa antes de continuar. —Si estás cansada de vivir, adelante, toma una caminata por tu cuenta. Rodé mis ojos. —Entonces, ven conmigo.— Esta vez, fue él quien rodó los ojos. —Perra.— Murmuró por lo bajo, pero lo suficientemente alto como para que yo pudiese oír.

—¡Idiota!— Grité, mientras subía las escaleras.

Dark estuvo de vuelta pronto, wow, sólo fueron tres minutos. Lo chequeé... estaba usando una camiseta blanca, chaqueta de cuero negra similar a la mía y pantalones negros y caídos. ¿Podría decir que luce sexy?

—Toma una foto, duran más.— Me dijo Dark interrumpiendo mis pensamientos y haciendo que lo mirara.

—No te estaba mirando a ti.— Sacudí mi cabeza y seguí a Dark hacia la puerta.

—Por supuesto que no lo hacías.— Él dijo, el sarcasmo goteaba de sus palabras. Oh Dios mío, ¡es tan irritante!

Salimos y Dark se volvió hacia mí. —¿Qué?— Fruncí mis cejas.

—¿A dónde quieres ir?

—No sé, a algún lugar.

Él gruñó y se volvió hacia su izquierda, haciendo que yo lo siguiera como un perrito perdido.

De pronto me tropecé con alguien, mientras miraba al suelo. Miré hacia arriba para saber quien era.

Era un hombre alto y de pelo castaño, que estaba peinado hacia un lado, y de ojos marrón oscuro. Retrocedí para que él pudiese pasar, pero él miró a Dark y sonrió.

—McCann.— Él chico lo miró. —No nos hemos visto en un tiempo.

—No esperaba verte, MacAvoy.

—¿Y quien es esta joven?— El chico me guiñó un ojo y paso una de sus manos por mi cintura. Lo miré disgustada.

—Retrocede.— Dark le dijo al chico, quien supongo estaba tratando de ligar conmigo. No estaba realmente segura de lo que él trataba de hacer al susurrarme algo al oído. Estaba muy asustada y confundida para siquiera escuchar.

—No la necesitas, McCann. Por lo tanto, me apropiaré de ella.

Me volteé para encarar al chico. —Escúchame, idiota, déjame ir si quieres que tus bolas permanezcan entre tus piernas.

—Oh,me gusta tu temperamento, debes ser increíble en la cama.— Él dijo acercándome más a su cuerpo. Dark le dio un puñetazo al chico, tomó mi mano rápidamente y empezamos a correr hacia la casa. Miré hacia atrás, y el chico estaba sosteniendo su nariz, la cual sangraba.

Muy pronto estuvimos de vuelta en la casa. Caminamos hacia “nuestra” habitación. Mientras entrábamos, cerré la puerta de golpe y miré a Dark. —¿Quién era ese? ¿Qué acaba de suceder?

—Ese era un viejo amigo.— Dark dijo de manera simple.

—Bueno, para mí no parecía un amigo.

—Simplemente olvídalo, lo sabrás cuando sea el momento adecuado.— El respondió antes de tumbarse a sí mismo en la cama.

Suspiré. —¿Me puedo unir?— Pregunté inocentemente. Me miró y después miró al espacio libre en su cama, y se encogió de hombros. Me acerqué y me recosté a su lado.

[...]

Desperté con una sensación extraña en mi estómago, y ni siquiera sabía por qué. Esperen, las almohadas no son así de duras. Y ahí fue cuando me di cuenta de que estaba durmiendo en el pecho de Dark, nuestras piernas entrelazadas y él roncando suavemente sobre mi cabeza. ¿Suena cliché, cierto?

Se sentía raro, debo añadir, muy raro. ¿Por qué?

Tengo que ser honesta, nunca me había sentido de este modo antes. Ni siquiera sabía que era lo que estaba sintiendo. Simplemente no tenía tiempo para aquello. Siempre he sido una chica ruda, desde que nací. Y por los últimos cuatro años he sido una criminal. He robado tiendas, bancos, casas... hasta ayudé en un bombardeo una vez. He visto como un chico ha sido asesinado por mi amigo, y lo disfruté. Soy la chica mala que a nadie le gusta y a la que todos le tienen miedo. Ni siquiera tengo amigos normales. Todos los que conozco son criminales, nada más.

Para ser honesta, me gustaba lo que hacía. Me gustaba escapar de la policía. Probablemente sonará extraño, pero fui criada de esta manera y no puedo hacer nada al respecto.

De pronto, Dark se movió lo que me hizo salir de mis pensamientos, una vez más el día de hoy. Decidí tomar una ducha. Traté de alejarme cuidadosamente, pero supongo que Dark sintió que me movía, así que envolvió sus brazos en mi cintura y me acercó más hacia él. No había modo de que yo fuese a algún lado mientras él durmiera.

¿Qué más puedo hacer?

Dark; j.m ➳ Spanish VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora