12. ''Que comienze el juego.''

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CAPÍTULO 12.

¿Acaso no puedo tener un día de armonía y tranquilidad? Justamente tenía que encontrarme con ''el acosador.''

Prefería mucho más que los ovnis atacarán la Tierra, o que Mickey Mouse se declarará gay, antes de cruzarme con Ethan.

¿Que?

Siempre he creído que Mickey Mouse es gay.

No me pregunten el por qué.

Volviendo al tema..

-¡Hola! - sonreí falsamente. - No esperaba encontrarme contigo.

-Oh, yo tampoco, pero es agradable saber que has venido a clases, necesito hablar contigo - suspira desesperado. - ¡Ahora mismo!

Woa, si que no amaneció bien.

-Pero., eeh, ¡No puedo! - mentí, lo mio no es mentir, soy muy mala haciéndolo.

-¿Por qué? - pregunta desconfiado.

¡Maldición! Y ahora que digo.

-Por que... mi pez dorado murió y hoy le haré su merecido funeral - hice un puchero, haber si me cree, es la mentira más estúpida que se me ha ocurrido.

-¿Encerio? Pues, mis condolencias. Bueno no te quito más tiempo, lo lamento.

Quizá sea una mentira estúpida.

Pero ¡Si que valió la pena!

-No te preocupes, adiós, debo ir a.. ver a mi pez - digo mientras sigo caminando.

-¡Amiga! ¡Detente! - alguien grita.

Zoey no debes voltear, seguro no te llaman a ti, no mires.

Demasiado tarde., pues, mire.

-¿Julia? ¿Qué te sucede?

-Uff, por fin te encuentro, ¿No recuerdas nada de nada? - susurra.

-¿De qué?

-¡De anoche! - exclama. - Necesito contarte algo, cuando estaban en su cita no cita, ustedes fueron a una fiesta y se les pasaron un poco las copas, un chico te quiso manosear, pero Aaron se dio cuenta a tiempo, y se transformó en Hulk y lo golpeó. ¿Recuerdas algo?

De pronto los cables o venas empezaron a unirse y comenzo a recopilar información de lo sucedido.

-¡Oh mi dios! - grité. - ¡Gracias Juli!

Debo buscar al castaño, me debe una explicación.

[...]

Apenas, llegue a casa me llevé una gran sorpresa. El castaño estaba sentado en el sofá grande, mirando hacia la ventana que está al frente.

-Emm, ¿Qué haces aquí? - pregunté confundida.

-Pues, yo vivo aquí.

Pero que idiota, como pude olvidarlo.

-Puf, claro que lo sabía, solo estaba bromeando, no soy tonta - reí nerviosamente.

-Ajá, bueno, ¿Vendrás?, para que me digas que quieres hablar conmigo - rueda los ojos y sonríe irónico.

-Oh si, claro.

Me siento a su lado, lo más lejos posible, no quiero que se de cuenta que me coloca nerviosa su cercanía.

Lo miro a los ojos, esos ojos tan hermosos, que me dan ganas de quitárselos con una cuchara.

Okey, no más pensamientos raros.

75% rubia Natural ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora