CAPÍTULO 3

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Max iba a entrar en su salón pero justo delante de la puerta se cruzó con su exnovia, Judith.

-Venga Max vuele conmigo, lamento lo que le hice a tu hermana. –protestó  y puso ojos de corderito que nadie se creería.

-Judith, déjame en paz, te dije que mi hermana es sagrada y te metiste con ella. ¿Qué puedo esperar de ti? –la apartó y se dirigió a su sitio al final del salón y mientras lo hacía entró Beatriz, la profesora de Matemáticas, acompañada del nuevo chico.

-Chicos, sentaos y callaos, os voy a presentar a su nuevo compañero de clases. Su nombre es Julio, Julio Davis, espero que lo hagan sentir como en casa. –Julio hizo una mueca que aparentaba una sonrisa.

-Siéntate al final en aquel puesto vacío. Bien, comencemos. Abran sus libros por la página 75 y comiencen a resolver ese ejercicio.

Julio se sentó al lado de Max, quien lo miró con cara de sorpresa. ¡Qué casualidad! El chico por el que vio a su hermana babear estaba justo al lado de él.

-Hola. Soy Max.

-Julio, mucho gusto.

-Eres muy serio ¿verdad?

-Eso intento aparentar pero dime ¿funciona?

-Un poco, sí. -Los dos chicos rompieron a reír, algo les decía que iban a terminar siendo muy buenos amigos.-

Jess iba de camino a la cafetería pero algo raro le estaba pasando pues no podía sacarse a ese chico de la cabeza. Llegó a la cafetería y tomó una soda de la máquina, la abrió y la bebía mientras caminaba hacia la mesa donde se encontraban sus amigas y su hermano. Judith que se encontraba sentada en una mesa cercana disimuladamente sacó su pie lo puso delante de ella con toda intención. Jess tropezó y cayó al suelo tirándose toda la soda encima.

Toda la cafetería comenzó a reírse al ver la escena excepto sus amigos que estaban muy entretenidos en su conversación y no se percataron del problema. Jessie se levantó rápidamente y salió corriendo, cuando iba a atravesar la puerta chocó con Julio quien la miró y se dio cuenta que estaba llorando e inmediatamente sintió la necesidad de protegerla pero pensó que no debía meterse. Se dirigió a la mesa donde estaban Max, Thalia y Abby.

-¡Ey! Max, acabo de cruzarme con tu novia e iba llorando.

-¿Qué dices tío? ¿De qué novia hablas?

-Sí tío, la chica que abrazabas esta mañana en la entrada.

Max se levantó y salió corriendo derribando la silla en la que había estado sentado anteriormente y dejando a Julio con la palabra en la boca quien no se esperaba esa reacción. Las chicas hicieron por salir corriendo también pero Julio las detuvo presentándose.

-Hola, soy Julio y voy al mismo curso que Max. ¿Y ustedes son?

-Ella es Abby y yo soy Thalia.

-Hola, mucho gusto pero dime algo que no sepa ya. –dijo Abby pícaramente.-

-Y la que según tú iba llorando es Jessica.

-¿La quiere mucho? –preguntó este interrumpiendo a Thalia y sin saber el motivo de tanto interés por esa chica.

-Sí, se adoran. Ella es una chica muy sensible e insegura y él hace todo lo posible por hacerla feliz pero no lo consigue y nosotras tampoco. Lo triste es que antes no era así, ahora es otra chica diferente a la que realmente fue algún día.

-¿Pero cómo? Si es guapísima. –Julio se dio cuenta de lo que había dicho y abrió muy grande sus ojos- Por favor no le digáis a Max que he dicho esto, no quiero problemas con él.

No digas que me escondo en tus besos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora