No entendía bien lo que estaba pasando. Se desmayó en medio del camino de eso estaba seguro, muy probablemente por su pésima alimentación, nulas horas de sueño y las largas misiones del último mes.
Eso lo entendía, lo que no lograba comprender era cómo todo eso había provocado que ahora mismo su cabeza reposara en el regazo de Sarada Uchiha.
Sobre el regazo de la kunoichi una sensación que no había experimentado antes apareció, una sensacion suave y cálida, que le transmitía paz.
Lo natural hubiese sido abrir los ojos, incorporarse y agradecerle por cuidar de él, pero la vergüenza le pudo. Eso debió hacerlo en cuanto despertó pero iba 5 minutos ahí sin mover un solo músculo.
- ¿Ya despertó?
Percibió la voz de Boruto a la distancia y lo resintió por eso, el Uzumaki había fracturado su momento de tranquilidad y silencio junto a Sarada. Ahora que el rubio había preguntado ¿debía fingir que recién estaba despertando?
- No, sigue inconsciente. No te preocupes, estará bien solo necesita descansar; le ha exigido mucho a su cuerpo últimamente.
¿Ella siempre había estado tan atenta a sus acciones? el solo saber que estaba al pendiente de él lo hizo feliz.
- Deberías cuidar más de ti mismo Mitsuki, me diste un susto de muerte- dijo más para si misma - Si tu no estas, ¿Quién cubrirá mi espalda?
No parecía ser un reproche, la heredera del Sharingan susurró dichas palabras en un tono que no era propio de ella o que al menos él no había escuchado antes.
Habló con la suavidad con la que los primeros rayos de sol acariciaban el horizonte. Gentil, con un cariño secreto.
Lo supo en ese momento, no iba moverse de ahí por dos razones. La primera, porque sería bastante incómodo romper ese momento y que ella se diera cuenta que estaba fingiendo desde hace aproximadamente 10 minutos. La segunda, porque algo dentro de Mitsuki gritaba que aquello no se repetiría nunca más y se negaba a abandonar ese nuevo lugar que lo hacía feliz.
Escuchó a Sarada suspirar para luego oír el tarareo de una canción que no podía reconocer pero que se asemejaba a una canción de cuna.
Había muchas cosas que desconocía de Sarada una de esas era, por ejemplo, lo bien que sonaba su voz al cantar. Tenía la seguridad de que podría escucharla toda la vida sin aburrirse ni un poco.
Sintió como los dedos de la chica delinearon el contorno de su rostro. El tacto fue cosquilloso y tierno, tanto que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no sonreír, pronto aquellos dedos tibios y delgados abandonaron su rostro para acariciar su cabello.
Mitsuki había tenido problemas de insomnio durante el último mes pero cayó rendido a los dos minutos con Sarada acariciando su cabello mientras le cantaba.
La kunoichi sonrió, había sido la primera vez que veía a Mitsuki en esa faceta; despreocupado, tranquilo y hasta indefenso. Realmente se había asustado en un inicio pero cuando supo que no existía peligro, disfrutó el tenerlo a su cuidado.
Así, el ocaso los arropó con sus últimos rayos de luz.
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Cuando volvió a abrir los ojos la noche había caído y lo primero que vio fue el rostro de Sarada quien lo observaba con una ligera sonrisa.
- Al fin despertaste
Mitsuki entre abrió los labios para responder, pero se le olvidó que decir, en cambio se quedó observándola un rato más ¿Siempre había sido tan bonita? no lo recordaba, pero esa noche la vio más hermosa que nunca.
Cayó en cuenta de los largos segundos que pasó en silencio y desvío la mirada.
«Compórtate» pensó, normalmente no era tan descarado.
- Si, gracias por cuidarme.
Su voz había sonado más bajo de lo normal, algo que sorprendió a Sarada. ¿Mitsuki avergonzado? Eso era nuevo.
- Descuida - dijo volviendo a acariciar sus cabellos celestes, él volvió a mirarla fijamente y ella sonrió ante su accionar - ¿sabes? en futuras ocasiones no necesitas fingir que sigues inconsciente, solo debes de recostarse y ya, justo como ahora.
Las orejas de ninja se pusieron rojas de la vergüenza y un ligerisimo rubor adornó sus mejillas. Se le escapó una risa nerviosa y realizó un gesto de disculpa con las manos, había sido atrapado pero su compañera no parecía molesta.
Sarada lo sabía, a ese paso terminaría completamente flechada de su amigo.
- Es la primera vez que te veo reír.
- Eres una exagerada, yo podría decir lo mismo de ti.
Puso cara de indignada y luego levantó una ceja, divertida. Mitsuki estaba seguro de haber reído en otras ocasiones con ellos. No era una persona tan seria, Sarada si lo era.
- Es verdad, siempre eres tan... ¿neutral? es bueno escucharte reír.
- Tú siempre tienes cara de molesta - lo golpeó ligeramente - ¿qué? frunces es ceño con facilidad
La Uchiha hizo un ligero puchero, se irguió un poco y desvío la mirada hacia algún punto lejano del este.
Ahora el rostro de Sarada estaba lejos del alcance del jounin y ese repentino alejamiento lo dejó con la sensación de que había dicho algo malo y que ese era su castigo.
- Eres hermosa.
Soltó de repente en voz suave y la kunoichi volvió a mirarlo al instante, sorprendida y avergonzada por lo que acababa de escuchar. Mitsuki aprovechó el momento para estirar su mano hasta el rostro de Sarada y acomodar un mechón de cabello tras su oreja.
- Te ves preciosa incluso con el ceño fruncido - sonrió - te ves preciosa siempre.
Las mejillas de la Uchiha se tiñeron de un fuerte rubor y en seguida puso sus manos en la cara de Mitsuki y empujó su rostro para que no la mirara.
- ¡Tonto!
Mitsuki reía mientras luchaba por quitar de su rostro las manos de Sarada.
- Es verdad
Siguieron luchando por un rato más entre risas y gritos.
Cuando por fin Mitsuki abandonó el regazo de Sarada para sentarse a su lado y decidió acercar su rostro al de ella, hechizado por sus labios rosa; Boruto saltó de un árbol no tan lejano, rojo de la vergüenza.
- ¡Ay ya dejen de coquetear tenemos una misión!
Él ni siquiera los estaba espiando, estuvo sentado en ese árbol descansando desde que Mitsuki había caído desmayado, simplemente ellos olvidaron de su existencia.
Había hecho silencio al inicio ¡pero la situación era demasiado para él! Sarada con gestos tiernos, Mitsuki riendo y coqueteando. ¡no podría volver a verlos del mismo modo nunca más!
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Nota de autora: Personalmente me gustan mucho las historias tiernas y lentas pero yo soy un fracaso en eso. Por otro lado, pensé que se me haría complicado contar una historia que se diera en un solo lugar y sin muchas acciones (dado que Mitsuki solo está tirado el 90% del relato) peeero fue divertido escribirlo, espero haberlo hecho bien.