810
Becca
Una sirena retumbo en toda la planta, yo me levanté de un salto. Una voz se escuchó por los altavoces.
—Código 810, todos los enfermeros a la azotea, repito código 810—
Me estaba terminando de vestir cuando todas las puertas de las habitaciones se abrieron, un enfermero que pasaba por el pasillo me intentó explicar lo que ocurría.
–Hemos tenido un accidente y estamos faltos de personal, así que iréis al comedor de vuestra planta y haréis las comidas allí hasta nuevo aviso—yo asentí varias veces—
El enfermero estaba nervioso y tenía prisa así que no iba a ser yo quien lo entretuviera. Pasó corriendo a mi lado y yo seguí mi camino.
El comedor de la planta era nuevo, casí nadie podía ir allí a menos que te fueran a bajar de planta, así que me alegre mucho de mi privilegio, aunque no fuera a durar demasiado.
Al llegar unas enfermeras me cachearon y me dieron una cuchara de plástico para comer.
—¿Zona?—preguntó una de ellas—
—TCA—contesté automáticamente—
—Aquí no hay mesa de TCA, ellos están abajo—dijo la enfermera algo extrañada—
—Dígame ya dónde me siento por favor—
Me señaló una mesa vacía al fondo.
—Siéntese sola, hablaré con mis superiores sobre el asunto—suspiró estresada—Usted tiene un menú diferente—
Le puse cara de asco y fui a la mesa que me había señalado.
Aún seguía pensando en Johansen, nunca me lo había imaginado con unos ojos tan fríos y esa cicatriz... parecía una bandera roja con patas. En cambio los comentarios que me hizo fueron tan inofensivos, incluso tengo que admitir que me hicieron gracia.
También me hace gracia que no me reconozca, podría utilizarlo para divertirme un poco.
Hablando del rey de Roma, entró al comedor con las manos en los bolsillos y con una sonrisa. No podía negar lo atractivo que era.
Estaba hablando con la enfermera que me había atendido a mí, pero se comportaba con él mucho más amable, lo que hace una cara bonita.
Pusé los ojos en blanco ante la situación.Otra enfermera me trajo mi menú "especial".
—Ya sabes las reglas—me dijo con voz amable—Ánimo Becca—me dió un apretón en el hombro y se fue—
Les tenía un amor-odio a las enfermeras, algunas son muy empalagosas, otras te miran por encima del hombro y te tratan como si fueras escoria.
Estos días que había estado encerrada en la habitación había comido con un guardia mirándome, más dos horas que tenía que estar vigilada de cerca. Aunque tengo que decir que he empezado a hacer deporte impulsivamente por las noches y no estoy durmiendo muy bien.
Tampoco entiendo porque no me reprenden, hay cámaras y no me llaman la atención ni me paran, me parece raro.
Miro a mi comida con el mismo asco que siempre y la misma fatiga.
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Llamando A La Oscuridad
Romance¿Si pudieras elegir tu destino en un hospital psiquiátrico qué elegirías? Escaparte, tratarte y salir o conocer a un loco que te ayude a hacer las dos cosas. Esta es la historia de Becca y Johansen. ¿Serán puras sus intenciones? Este psiquiátrico es...