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Akael

LA VERDAD

¿Quién coño se creía la enfermera esa?
Si hubiera estado en otro lugar ya tendría la cabeza fuera del cuerpo...
Suspiré varias veces, necesitaba controlar los impulsos. Odio a la gente que se entromete en mi camino.

Quería leer a esa chica, sus facciones, sus movimientos no me decían nada de ella que no se pudiera ver a simple vista. Solo pude notar su claro TCA y su relación con el enfermero viejo verde.

Ella parecía que me conocía que no me tenía miedo. Tengo alguna sospecha de que sea mi chica curiosa... pero lo sabré dentro de poco.

[...]

Horas más tarde me tocaba mi sesión con mi psicólogo y el agente. Esta vez iba yo a su despacho, lo único que no cambiaba eran los grilletes.

—Buenas tardes—saludé con una gran sonrisa y me senté en el asiento de enfrente—

—Buenas tardes Akael Johansen Kozlov...—el psicólogo me analizo buscando una reacción de mi parte al escuchar mi nombre completo—

—Lo sé tengo un nombre precioso—le dí una sonrisa todavía más amplia—

Tarde o temprano lo iban a descubrir, así que no me sorprendió. Supongo que tienen una breve biografía mía.

—Nacido en Úglich en 1996, es huérfano como bien nos dijo y empezó a trabajar en el ejército con ocho años por su gran don de análisis tanto de estrategias militares como psicológico —relató el policía con una gran sonrisa en la cara—

—Le falta un dato... también les gustó mi poca empatía, mis grandes dotes para interrogar y torturar a personas—añadí yo—

—¿Cómo acabaste aquí Akael?—preguntó el doctor incorporándose de su silla—

—Eso me gustaría saber a mí—hice una pausa dramática—Sé la fuente de esa información ya que al ser un militar mi expediente no se encuentra tan fácil—

—Se te olvida una pequeña cosa, ya no eres militar, te exiliaron hace un año por conspiración a un general—comentó el policía—

—Mi país me protege—respondí autoritario—

—Tu país te ha vendido—el doctor arrojó el expediente al escritorio— Esta información es del senado Ruso. Nos han dado vía libre para la pena de muerte—el doctor parecía afectado por mi futura muerte—

—Háganlo—dije sin más—Háganlo, no esperen más. No daré más información—me crucé de brazos y respiré hondo—

—Sabemos que tienes un coeficiente intelectual mayor que la media, rasgos psicópatas, ataques de ira y en 2014 desarrollaste el síndrome de Lima con una presa marroquí que termino muriendo, mente manipuladora y gran lector de mentes...—

—Callese—

No quiero volver a recordar lo de la chica. Fue mi peor etapa, la guardaba en un cajón oscuro de mi mente y memoria.

—Tienes todas las cualidades para poder mantenerte aquí con vida, en este hospital—yo lo miré confundido—

—¿Por qué querríais tenerme vivo aquí?—pregunté

Llamando A La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora