Faiz Rider

Faiz Rider - Capitulo 1: Objetos perdidos

Capitulo 1:

- Objetos perdidos -

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Cerca de un río en la ciudad de tokucity, se encontraba una pequeña casa de dos pisos, se le veía algo abandonada. En eso un joven que llevaba unos maletines de viaje, se paró en frente de aquella casa, y se dispuso a entrar.

Después de un rato, este logra entrar, cayéndose al suelo junto a sus cosas al momento de abrir la puerta.

- Bueno, ya era hora de cambiar esa puerta de todas formas - Dijo el chico, mientras se levantaba del suelo.

Algunas cosas se habían salido de su maleta, unas monedas, algún que otro lápiz, su tarjeta ID que decía: Félix Rodríguez, de 19 años, soltero; y un maletín plateado, muy brillante y lustroso. En seguida recogió todo y se dispuso a seguir su recorrido por la casa.

Al subir al segundo piso, entro al dormitorio, estaba todo lleno de polvo, pero se sostenía, dejo sus cosas en el suelo y se sentó en el colchón a descansar un momento.

- Que día, faltaría acomodar todo y listo, pero, mmm y ahora ¿Qué debería hacer? - Decía el joven Félix a si mismo, lleno de dudas sobre su futuro.

Hace un año, Félix se había graduado de la secundaria, pero no entro a ninguna universidad, porque no estaba seguro de a que dedicarse el resto de su vida. Su familia insistió en que se mudé a la casa de un familiar el solo, para que así encuentre su motivación y de paso ya no estar manteniéndolo.

En ese momento, se escucharon golpes por la ventana, alguien la estaba tocando para avisarle algo.

- ¿Y eso?, Creo que viene del mostrador - Dijo el chico para luego bajar al primer piso.

Algunos negocios operan desde las viviendas de sus dueños, por lo que sus casas tienen un pequeño patio con mostrador, y este era el caso

Al llegar, este abrió la puerta del patio, y vio que quien tocaba era una señora anciana con una cesta de ropa

- Oh, buenos días joven, ¿se encuentra aquí el dueño de la lavandería? - Decía la señora.

- Ah hola señora, se refiere a mi bisabuelo, el no está presente, el... ya se fue a la otra vida - Dijo con un tono algo triste.

- Oh, en serio, es una gran pena, era un buen hombre, y un gran lavandero, bueno muchas gracias - La señora estaba por irse cuando el joven la interrumpió.