Faiz Rider

Faiz Rider - Capitulo 19: Fugitivo a velocidad normal

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Capitulo 19: 

- Fugitivo a velocidad normal -

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2 meses pasaron después de aquel fatídico incidente, en dónde nuestro héroe Horzed, el Kamen Rider Kaixa, perdió la vida.

Una emboscada efectuada por los sicarios de la empresa Smart Brain, habría sido su perdición.Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Tokucity, junto a una lápida que decía: "Aquí llace Juan / Horzed, el héroe que rompió sus cadenas, para ser más", mandada a hacer por su joven aprendiz, Félix.

En todo ese tiempo, el joven habría estado entrenando arduamente, como jamás lo había hecho en su vida, haciendo estiramientos, corriendo, golpeando sacos de boxeo, etc.

Ese día, que recién empezaba, Félix ordenaba las cosas de su caracteristico maletín plateado, dónde guardaba el Faiz Gear y todos sus aditamentos, bien cargados y pulidos.

Y así, el chico, con una mirada determinada, salia de la lavanderia, conduciendo en su motocicleta, en dirección a su destino, la sede de Smart Brain.

Pero no sin antes, hacer una pequeña parada en el cementerio de Tokucity.

Detrás de la tetricas rejas de metal, unos verdes pastos cubrían los campos en dónde descansaban en paz los que ya pasaron a mejor vida; recorriendo todas las lápidas de piedra, el chico se detendría en una de ellas, la de su amigo Horzed, mejor conocido como Juan.Se sentaría en el cesped, mirando de frente a la lápida.

- Ha pasado tiempo, maestro Juan, espero que le agrade que lo llame así ahora - Dijo el chico con una voz quebrada - Seguí entrenando como querías que lo hiciera, mejore mucho mis habilidades, y leí más de una ves el manual del cinturon - Dijo mostrando el manual de uso - Pero, aún no se, cómo usar esto... - Sacaba el brazalete Accel, mirándolo en silencio por unos minutos - Espero descubrirlo pronto, por ahora, tengo que encargarme de algo importante, que estuvimos postergando durante mucho tiempo, y le prometo, que sú muerte no será en vano, espero que esté descansando en paz ahora, y le agradezco mucho, todo el tiempo que pasamos juntos maestro Juan, hasta luego.

El chico cerro los ojos, e hizo una oración por unos minutos, para rendirle tributo a su mentor y gran amigo, y también para que este le dé fuerzas en su batalla próxima.

Cuando dió por terminada su visita, el joven se subiría a su moto, y conduciría en dirección al edificio de oficinas de Smart Brain, determinado en su objetivo.