# OO1: Hinata

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Takemichi nunca se había considerado a sí mismo como una persona curiosa, o chismosa como diría su madre. Él prefería respetar la privacidad y secretos de sus amigos, y que cuando estos se sientan listos, revelarle dicho secreto a él. Creía que esto era algo sumamente importante y que ponía a prueba la confianza que decía tener por sus amigos. Por esta razón nunca invadiría o acosaría a alguien solo para conseguir tal información.

Su novia, por otro lado, era lo opuesto a él.

–Te lo digo, Take, Chifuyu ha estado más feliz estos días, y siempre sonríe cuando le llega un mensaje a su teléfono.

–¿Tal vez sea por una notificación de Mystic Messenger? Él había dicho que al fin llegó a la ruta de Jumin, y sabes lo mucho que él ama esa ruta. –comentó el rubio, viendo a su novia agacharse junto al arbusto dónde ambos -o más bien Hinata- habían decidido usar de escondite.

–No, esto es diferente. Siempre que le llega un mensaje pone esa cara de bobo enamorado, la misma que haces tú cuando te sonrío –Takemichi iba a replicar, alegando que él no usaba ninguna cara de bobo enamorado, pero la chica en ese momento lo mandó a callar–. Shh, nuestro plan ahora es averiguar quién es el lado receptor de dicha cara. 

–¿Nuestro plan es seguirlo toda la hora para averiguar con quién se va a reunir? 

–Claro que no, bobo. Nuestro plan es seguirlo todo el día. –dijo la chica, con esa mirada determinada que no proclamaba nada bueno. Takemichi suspiró, ya sabía que su cita iba a tomar un rumbo diferente en el momento que Hina llegó con su típico atuendo de detective. 

Hace unos días, tanto la pareja como el menor habían acordado ese día juntarse a dar unas vueltas por el centro comercial, pero un día antes de su reunión, el menor había cancelado su salida repentinamente, dejando con la duda a Tachibana, y después de un par de horas de investigación, o de chismoseo por los pasillos de la escuela, como diría Takemichi, Hinata había descubierto que Matsuno, a través de una llamada, había acordado verse con alguien en ese lugar, el parque que daba justo al frente del edificio donde vivía Chifuyu.

Momento que lo llevaba de vuelta a ese punto, con ambos adolescente en guardia de ver aparecer a alguien conocido.

Sus sentidos se vieron alerta en ese momento que una cabellera rubia teñida apareció en su campo de visión. El menor había aparecido, dejando a la expectativa a la chica de pelo melocotón. Takemichi lo observó sentarse en una banca cercana al arbusto donde estaban ellos, mientras el viento acercaba hacía ellos el perfume de frutilla que, Takemichi sabia, solo lo usaba en situaciones especiales. Su pelo, recién lavado y secado por lo suave que parecía, se movía con la brisa. Takemichi a veces sentía una envidia sana por el rubio, viéndose tan bien incluso cuando no parecía hacer el esfuerzo en arreglarse, mientras que él, ni aunque se prepara dos horas antes, se veía tan bien. 

¿Con Quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora