Guillermo Pov's - Capítulo 1
~Recuerdos del pasado~¿Por donde empezar? Pues si, desde el principio. Desde aquel día donde pensaba que todo estaba perdido, que mi vida no tenia sentido alguno. Donde miraba desde el auto a aquella ventana que mostraba un mar de cosas desconocidas y tan conocidas a la vez. ¿Porque? Pues principalmente porque al lugar donde nos dirigiamos no era mi hogar, era la casa de mis abuelos. Esa casa que una vez al año visitaba, y lo peor en vacaciones de verano. Exacto, era pariente de esas familias que a pesar de todo se tenia que mantener al margen de lo que pasaba y de lo que no, las que una vez al año debía pasar las fiestas en familia para no romper la "tradición". Odiaba el hecho de pensar porque tuve que nacer aquí y no allá, porque ellos y no aquellos. Quizá el destino lo quiso así o quizás fue un error.
-Guille ¿qué tanto piensas?- Carol, mi hermana menor, la luz en la oscuridad, la única razón por la que seguía aquí con vida en este mundo de porquería.
*Flashback*
Sentía la sangre escurrir por mis brazos, cada cortada ahogaba poco a poco cada parte del dolor, era como una enfermedad que te consume cada vez más con el paso de los días y saca gran parte de ti, de tu fuerza y de tu tiempo. Pero cortarme a diario para reprimir ese "dolor" no era suficiente y mucho menos era lo que buscaba. Quería llegar más allá que estar en la camilla de un hospital, o una habitación de un psiquiátrico. Mi meta era el suicidio.
La sangre descendía por el lavabo del baño, cada gota formaba parte de montón y este adquiriría un nuevo color, un rojo intenso con un significado muy profundo, o al menos para mi. Pues en ese color se reflejaban muchos de mis sentimientos tales buenos como malos en su mayoría. Fije mi vista en aquel espejismo, aquella figura que aparentaba ser alguien, una persona de lo más común y corriente tal cual a los demás, con la única diferencia de un rostro de aspecto angelical que ayudaba a disimular como en realidad eran las cosas, cualquiera pensaría que era un chico de lo más inocente sin la capacidad alguna de matar siquiera a una mosca, sin malas intenciones y totalmente indefenso. Pues esa apariencia era de gran ayuda, una cuartada eficiente en totalidad. Para mi mala suerte mi corazón, mi mente y mi alma no acompañaban aquella cualidad. Pues si, "Las apariencias engañan". Estas funcionaban de una manera totalmente distinta , tal vez de una manera suicida ¿Qué es lo que sucedía conmigo? ¿Porque mis pensamientos eran tan negativos con la vida? ¿Porqué tengo que ser tan borde con ella? ¿Porqué? Mis padres, la única razón de mi sufrimiento, si no fuera por ellos sería la persona más feliz del mundo, junto a él', el amor de mi vida, la razón de mi vida, la razón de mi existir, lo daría todo por verlo una vez más, por sentir sus cálidos labios sobre los míos llevandome a un mundo de emociones desconocidas. Ese chico de tan especial importancia para mi, se llamaba Daniel, Daniel Beccari.
Tanto a sus padres como a los míos no les molaba un pelo nuestra relación, así que decidimos escapar. Si ellos no lo aceptaban, desapareceríamos y haríamos una vida juntos, una familia, un nuevo comienzo. Pero todo se vió afectado el mismo día que se llevaría acabo lo planificado, un disparo impactó en el cuerpo de el en nuestra huída, haciéndole caer de rodillas al suelo, bajando la mirada para observar la gravedad de la herida, esta había dado justo en su pulmón izquierdo. Inmediatamente me arrodille junto a él abrazándole y haciéndole presión en la herida para detener el sangrado, pero el se recostó en el césped y de poco en poco se iba rindiendo, decidido a dejar este mundo, aún así si yo estaba en él, si yo sufría por el y su ausencia.
Estaba agradecido de estar con él en estos momentos pero a la vez apenado, triste y con furia e impotencia en mi corazón. Todo mi mundo se hacía pedazos, se hacía añicos mientras que pieza por pieza caía al vacío de mi alma.
-Guille...me das un beso?- pedía con la voz quebrada llena de dolor y angustia. Lo decía como si fuera su última voluntad, y eso me dolía, nos dolía a ambos. Le concedí aquel beso, lágrimas dejaban mi rostro, mis ojos ardían a mil, mi corazón solo eran piezas inútiles e imposibles de reparar, mi alma se iba de poco en poco, el perderlo realmente me estaba matando, estaba muriendo en vida.
Apoyé mi cabeza en su pecho y deje mis lágrimas caer sobre él, sobre su profundo y manzo corazón.
-Te amo demasiado como para seguir en este mundo, por eso te amaré mucho más en la eternidad...- Al escucharle decir eso levanté la mirada y fije mis vistas en aquellos ojos ámbar que no tenían su brillo característico, que de a poco en poco se iban cerrando, hasta que... se fué, el ya no estaba, había partido hacia un mundo mejor, mientras que yo seguiría estancado aquí, buscando la salida.
Gritos cansados de ahogar salieron imprevistos, lo había perdido todo, mi felicidad, mi vida, todo, a él.
De repente, voz susurro cerca de mi se dejó escuchar.
-Ya todo terminó vuelvamos a casa... hijo. Todo esta bien ahora...-